Revista Cultura y Ocio

Voces del futuro

Publicado el 08 febrero 2014 por Soniavaliente @soniavaliente_

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A veces tiene la impresión de estar viviendo en Minority Report. Lo pudo corroborar el martes en una charla en el Ateneo en la que dos emprendedores valencianos hablaban de su caso de éxito. Montaron con 20 años una empresa de la nada con todos los elementos de éxito del Silicon Valley californiano. El futuro ya está aquí, decían. Y es una realidad.

Ellos, que han viajado por medio mundo, vuelven de Estados Unidos con la boca abierta donde se apuesta cantidades disparatadas en la investigación y desarrollo. Ahora, dicen, están obsesionados con las impresoras 3D. Quieren aprender a fabricar, por ejemplo, botellas de plástico para no tener que depender de China. Y mientras, aquí en España, que no somos Estados Unidos ni China, apuntan, estamos a por uvas.

Voces del futuro

Claro ejemplo de esta investigación de la musculada empresa privada norteamericana son las Google Glass. Unas gafas, ya lo saben, que permiten mediante comandos de voz consultar el correo, por ejemplo, sin que haya un ordenador cerca, hacer una foto o grabar un vídeo sin despeinarse. De momento son prototipos que ya se venden a diversas instituciones a un precio astronómico. En Nueva York la policía ya ha mostrado su interés para poder cotejar nombres y caras de sospechosos por la calle –con un dispositivo de reconocimiento facial- y cruzarlos con sus archivos. En plan Person of interés. Y en España el año pasado ya se retransmitió una operación quirúrgica a través de estas gafas que, a medio plazo, incluirán lentes graduadas sus pantallas originales de realidad aumentada. ¿A qué acojona?

El futuro ya está aquí, definitivamente. ¿Recuerdan cuando veían Star Trek y había videoconferencias entre especies o naves? Ahora usted lo hace cada día con Skype o Facetime. Por eso está deseando ver Her, el film -dirigido por Spike Jones y protagonizado por Joaquin Phoenix- que en breve aterrizará en nuestros cines. Una historia de amor creíble entre un inadaptado escritor solitario y una sexy voz de un sistema operativo. La idea no es nueva. Hal también hablaba. Y pensaba. Pero la voz de ella, la de Samantha, da más miedito. Precisamente porque es más inofensiva.


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