Volage – Requin Chagrin

Se abre el mar de nubes que teñía de grises la música de Requin Chagrin, en “Sémaphore“, y las nuevas canciones de los franceses ascienden en un espléndido cielo azul hasta la estratosfera. Ni bien, ni mal, tan solo distinto: la capa de reverb le sentaba de maravilla a la voz andrógina de Marion Brunetto, pero ahora su melancolía se expande y adopta dimensiones cósmicas ¡Nunca como ahora se habían acercado tanto al eco de las catedrales galácticas erigidas por Victoria Legrand y Alex Scally!

Del nuevo lote de canciones contenidas en “Bye Bye Baby” (KMS Disques, 2021) me quedo quizás más con aquellas en las que mantienen esa encantadora pulsión rítmica un poco vintage que aquellas en las que se muestran más flotantes: más cuando se arriman a Lower Dens que cuando lo hacen a Beach House, para entendernos. “Déjà Vu” o “Juno” son preciosas, qué duda cabe, pero mi devoción es para el amor loco de “Fou” y sus guitarras añejas, y la compleja estructura -una de esas canciones capaces de obligarte a detener lo que fuera que estés haciendo para tratar de entender cómo está hecho el prodigio- de las estrofas de “Volage“. El encadenamiento con los estribillos, además, me parece una chulada. Si a eso le añadimos que el álbum tiene una portada de esas de ponerle un marco, no me extraña que gente de lo más fiable (Borja Coquillat, Josemi o ch-broncos, trois très bien) cuente ya el tercer largo de Requin Chagrin entre sus favoritos del año: Très très bien.

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