Revista Viajes

Volar en verde, viajar en verde

Por Bverdasco
Turismo sostenible CheQQer
Viaja en verde

En los últimos años y de forma paralela al crecimiento del tráfico aéreo y el aumento de viajeros que utilizan el avión como medio de transporte, se ha desarrollado una mayor conciencia de la responsabilidad hacia el medio ambiente, lo que ha favorecido la proliferación de iniciativas relacionadas con el ecoturismo o turismo sostenible. Esta forma de hacer turismo se fundamenta en el lema “tomar sólo fotos; dejar sólo pisadas”, es decir, procurar que el destino se vea afectado lo menos posible por nuestra visita.

Por desgracia, a veces el problema radica en que el mero hecho de llegar a ese destino supone una “huella” mucho mayor sobre el medio ambiente. El pasado fin de semana, por ejemplo, hice una escapada a Asturias (patria querida de mis amores) desde Mallorca, un trayecto que realizo a menudo puesto que allí tengo familia y amigos. A la vuelta, por curiosidad, he consultado la página web Cero CO2, que permite calcular las emisiones de CO2 que generan nuestros viajes y acciones cotidianas. El veredicto es aterrador: mi viaje de ida y vuelta en avión a Asturias le ha supuesto a la atmósfera más de media tonelada (0,554 T) de CO2. Este sitio web ofrece la posibilidad de compensar nuestras emisiones nocivas participando en proyectos de reducción y captación de emisiones, pero ¿qué otras formas tenemos los viajeros de reducir nuestro impacto medioambiental?

huella medioambiental, viajes

Huella medioambiental

El transporte es uno de los principales problemas a los que se enfrenta el turismo sostenible o ecoturismo, puesto que una de las mayores fuentes de emisiones de CO2 son los viajes de largo recorrido. Por lo tanto, quizá lo primero que debamos plantearnos es si realmente necesitamos tomar ese avión. Antes de reservar un vuelo para pasar unos días en la otra punta del mundo, preguntémonos si no hay destinos más cercanos aún por descubrir.

Otra cuestión que podemos plantearnos es si verdaderamente necesitamos llegar tan rápido a nuestro destino. Hay formas de viajar más respetuosas con el medio ambiente que además pueden convertirse en una aventura y un reto, como por ejemplo el cicloturismo. El movimiento Slow Travel defiende precisamente este tipo de viaje que, más que un mero trámite para llegar a un lugar, constituye en sí mismo una experiencia viajera que nos permite disfrutar del trayecto.

Aunque volar no es la forma más ecológica de viajar, no siempre es posible viajar en tren o en bici, por lo que  es reconfortante saber que algunas compañías aéreas están haciendo todo lo posible por reducir o compensar sus emisiones de CO2. La aerolínea holandesa Arkefly intenta compensar las inevitables emisiones de CO2 prestando especial atención al reciclaje de materiales nocivos como el plástico. Todas las botellas de plástico que se ofrecen a bordo de un vuelo de Arkefly están fabricadas a partir de… maíz. En efecto: del maíz de obtiene el ácido poliláctico, un bioplástico conocido también como PLA. Además, el café y el té que se sirven en los vuelos de Arkefly son productos procedentes de comercio justo. ¡Bravo por Arkefly!

Brussels Airlines ha concebido una forma original de compensar y reducir las emisiones globales de CO2. Los pasajeros de esta aerolínea belga pueden calcular, a la hora de comprar su billete online, las emisiones que generará su viaje, y compensar dichas emisiones realizando una contribución voluntaria a proyectos calificados con el “Gold Standard” por las Naciones Unidas, por ejemplo una iniciativa cuyo fin es la adquisición de cocinas ecológicas de leña para Uganda. Los pasajeros que deciden realizar esta contribución para compensar su huella medioambiental reciben además un certificado digital por email.

Viajar en bici, Cicloturismo

Cicloturismo

Lufthansa ha comenzado a utilizar biocombustibles (combustibles derivados de fuentes naturales) en sus aviones, y Virgin Airlines ha conseguido reducir las emisiones de CO2 en más de un veinte por ciento en los últimos años. Incluso una aerolínea low-cost como Easyjet se ha comprometido con el medio ambiente al colaborar en el diseño del “avión del futuro”, que emitirá un 50% menos de CO2 y un 75% menos de óxidos de nitrógeno que las aeronaves que operan en estos momentos. Se prevé que el ”easyJet ecojet” esté operativo a partir de 2015.

Una vez en nuestro destino, hay muchas otras formas de reducir nuestro impacto medioambiental. Podemos, por ejemplo, escoger hoteles ecológicos. Para que un hotel pueda ser considerado ecológico, debe cumplir una serie de normas como utilizar energía solar; cumplir la normativa de construcción bioclimática; ser accesible mediante transporte público; y ofrecer alimentación agro-ecológica.

¿Qué más podemos hacer? Alquilar una bici para movernos por el destino, por ejemplo, reducirá nuestra huella ecológica y nos permitirá ver, oler y sentir los lugares desde una perspectiva distinta. En algunas ciudades, como Sevilla, también tenemos la oportunidad de movernos en coche eléctrico. Por encima de todo, debemos ser conscientes de que aunque viajar en avión sea cada vez más barato, el precio para nuestro entorno puede ser muy alto, por lo que debemos procurar, dentro de lo posible, minimizar los efectos medioambientales de nuestros viajes.

¡A viajar en verde, viajeros!


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