"A principios de febrero parecía aún que lo propio de las calamidades era que les sucedieran a otros, que fueran muy lejanas. Ese era entonces el orden natural del mundo. En otros continentes había epidemias mortales, huracanes, tsunamis, terremotos. El virus se extendía por una ciudad china con nombre exótico que la hacía aún más remota, Wuhan. Era como una fantasía de futurismo asiático que se hubiera podido clausurar una ciudad de diez millones de habitantes."
Al contrario que Un andar solitario entre la gente, en la que el escritor ponía sobre papel sus originales crónicas de sus paseos por Madrid o Nueva York, Volver a dónde es necesariamente un libro sedentario, escrito desde la limitada perspectiva del propio hogar y la franja de calle que puede contemplarse al asomarse al balcón. Es una narración del estupor y el miedo de los primeros momentos, del tedio al prolongarse la situación e incluso de las ventajas de la vida suspendida que todos vivimos durante aquellos meses. Bien es cierto que para un amante de la lectura dicho tiempo regalado era oro, aunque fuera un oro perverso mezclado con una potente aleación de angustia. En cualquier caso, poder refugiarse de la amarga realidad visitando otros mundos y otros tiempos siempre ha sido una vía de escape muy efectiva:
"Habitar los libros no era quedarse confinado en ellos; era tener un refugio contra la intemperie de la adversidad y de las malas noticias y una vía de escape hacia otras vidas, mundos, tiempos. En la literatura hay melodía, armonía y ritmo, igual que en la música. Un escritor que uno ama posee un sonido que es algo más que estilo, voz más bien, un fraseo, tan individual como el que nos permite reconocer a un músico de jazz al cabo de unos compases."
Pero para Muñoz Molina los tiempos de pandemia son también tiempos de introspección. La huida de lo inmediato también se puede ejercitar evocando recuerdos de un tiempo que él siente ya remoto, como de otra era. La vuelta a su Úbeda natal nos regala un viaje casi antropológico a la intimidad de un pasado que contrasta poderosamente con nuestro presente, pero que no estaba exento de angustias de naturaleza muy distinta. Por desgracia, las últimas páginas de este libro están por escribir. La pandemia sigue presente y parece recrudecerse por días, por mucho que hayamos intentando ser optimistas durante los últimos meses. Volver a dónde nos ayuda a entender los sentimientos hasta el momento desconocidos que ha producido en la mayoría la visita de un mal que no parecía propio de nuestro tiempo.