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“Voy a abrir un blog”: expectativas vs. realidad

Por Lorena White @lorenagwhite

Ahí está. El momento en el que lo decides. El momento en el que te dices a ti mismo “yo también puedo”. El momento en el que, después de mucho tiempo deseándolo, pasas a la acción. Ya te lo has imaginado tantas veces que piensas que abrir tu propio blog será como coser y cantar. Todo será fácil porque lo has visualizado tantas veces y lo has pensado durante tanto tiempo que te sientes capaz de cualquier cosa. ¡Nadie puede contigo!

Es cierto. Ése es el momento en el que lo decides. Lo que viene después… Es otra historia ;)

tener-un-blog-expectativas-y-realidad

1. Elegir el título:

Expectativas: se te ocurrirá un título grandioso en el momento. El título perfecto. Será un título que todo el mundo, al hablar de tu blog, recuerde y memorice fácilmente.

Realidad: no se te ocurre ni un mísero título que ponerle a tu blog y es lo primero que cualquier plataforma de blogging te pregunta. Un título, un título… Nada. Tu mene en blanco por más que buscas. Bueno, ¿y qué? Lo importante es empezar. Si realmente lo tienes claro, ponle lo primero que se te venga a la cabeza y ya lo cambiarás (o ponle un título impronunciable y ríete del maldito día en el que se te ocurrió ponerle “the daily prosumer” a tu blog).

2. Temática:

Expectativas: eso es lo que más claro tienes. Estás deseando abrir tu blog porque, por primera vez en muchísimo tiempo, tienes claro de qué vas a escribir. ¡Además se te ocurren un montón de ideas!

Realidad: efectivamente, el primer tema que se te ocurre para tu blog, es el que te mantiene motivado y eufórico durante las primeras semanas. Tanto que te dan ganas de escribir incluso más de un post al día. Pero pueden pasar dos cosas: que con el paso del tiempo la temática no te motive lo suficiente o que te disperses y empieces a escribir “de todo un poco”. Define tu nicho.

3. Frecuencia de publicación:

Expectativas: tengo tantas ideas que voy a escribir una entrada cada día.

Realidad: escribo una hoy y dentro de una semana cuando me acuerdo, escribo otra. Y a lo mejor a la semana siguiente hay suerte y escribo dos… Organízate y planifica tu contenido.

4. Contenido:

Expectativas: cada post que crees será un post épico. Estás seguro de que tu contenido será genial.

Realidad: no todos los días se puede escribir tan bien como uno desearía o uno puede tener tantas ideas como le apetecería. Asume que a veces es posible que escribas mierdecilla, pero que eso no te pare: dile a tu crítico interior que se calle y busca siempre ofrecer la máxima calidad. Pero eso sí, permítete no ser perfecto.

5. Ideas:

Expectativas: voy a anotar cada semana todas las ideas que se me ocurran y las voy a ir desarrollando para así, cuando me toque publicar post, no quedarme en blanco.

Realidad: ha pasado el tiempo y sigues sin apuntar ni una línea, así que cuando te toca escribir esperas a que la inspiración divina te ilumine y salga algo medio decente. Lo malo es que no siempre funciona. ¿La solución? Planifica, planifica, planifica.

6. Público:

Expectativas: al principio ya te ves con un blog exitoso, con un montón de visitas, lectores y comentarios y una estupenda comunidad que te pide más y más contenido.

Realidad: tu blog, al menos al principio, no lo lee ni el tato. Y necesitarás algo mucho más efectivo que tu imaginación sin límites: trabajo y disciplina.

7. Marca personal:

Expectativas: todo el mundo que lea un texto tuyo sabrá que es tuyo por tu estilo y tu voz al escribir, la forma en la que juegas con las palabras y el tono que le das a tus textos.

Realidad: encontrar tu propia voz será lo que más te cueste. Date tiempo: lee, aprende, infórmate y busca siempre la forma de diferenciarte. Tu propia marca personal.

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