Revista Cultura y Ocio

Vuelta al año en 52 (o más) relatos: Jornada I. Prolegómenos e inicio del viaje.

Publicado el 11 enero 2015 por Zazou @biblio_zazou
«Lo primordial son las frases. La manera en que las frases se insertan en los párrafos. Lo importante es el ritmo. La ambigüedad. El modo en que las emociones, en circunstancias difíciles, son atrapadas por el lenguaje. »
Así comienza el prólogo de Rick Moody a la edición de los cuentos completos de Amy Hempel, definiendo la narrativa breve de la autora o, en realidad, toda narrativa breve de calidad. Las frases son importantes en cualquier obra narrativa, es cierto, no sólo en la breve. Y en la poética, y en la dramática. La literatura se compone de frases y es esa manera en que se insertan la que la hace brillar, de pronto; la que, de hecho, convierte en literatura lo escrito.  En el cuento, esa brevedad que le es propia requiere un mayor grado de concentración o la intensidad quedará diluida porque, en el cuento, en un buen cuento, cada frase es reveladora.
El cuento es breve pero su historia es larga. Se ha dicho mucho acerca de él y, seguramente, aún puede decirse mucho más. Sin embargo, para comprenderlo, lo mejor es enfrentarse a él cuando se le ve llegar. Mirarlo a la cara y dejar que te hable, que te convenza y, si sabe ser persuasivo, que te abrace y enamore. Así me gusta hacerlo a mí.

Apunte antes de soltar amarras:
Al preparar este viaje, me he permitido la licencia de utilizar con carácter general el término “cuento”, alternándolo con “relato corto” o “relato” a secas. Las distinciones entre las diferentes (o no tanto) modalidades de narrativa breve son, a veces, motivo de controversia y no quisiera ofender a los más puristas. Incluso su sonoridad es distinta. La palabra “cuento” es breve y, además, su sonido posee una cierta contundencia. Las tres sílabas “relato” se deslizan en la lengua con renuencia, lentas y delicadas en su roce con el paladar. A la hora de leer, sin embargo, nos da igual cómo se llame la pieza (cuento, relato, narración, noveletta, nouvelle…): lo importante es lo que transmite, lo que cuenta. Eso es lo que vamos a disfrutar.
EN LA BAÑERA. Amy Hempel.
Dos páginas. Tres escenas. Doce párrafos. Quinientas palabras, a lo sumo. Y todo un mundo contenido en ellas, más allá de lo que tan limitado espacio cuenta. Un corazón que falla, un recuerdo infantil y el silencio articulan una historia por detrás de las palabras: vida, memoria, miedo. Emociones subterráneas que palpitan y te tocan sin necesidad de darles nombre. Un sentido esquivo que, de pronto, te atrapa. Conciso y exacto: el cuento perfecto para comenzar el camino.
Además de “En la bañera”, también leí “Lo de esta noche es un favor que le hago a Holly”, irónico y desasosegante. Son el primer y segundo relatos de la primera colección de la autora, “Razones para vivir”, que se publicó originariamente en 1985. Están incluidos en el volumen:Vuelta al año en 52 (o más) relatos: Jornada I. Prolegómenos e inicio del viaje.CUENTOS COMPLETOS.Amy Hempel. Seix Barral, 2010 (2ª ed.).Traducción: Silvia Barbero. 
Título original: “The Collected Stories” (2007). 

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