La frase del título no es mía, la comentó en una entrevista en un conocido canal de YouTube José Luis Jiménez, experto en aerosoles de la Universidad de Colorado en Boulder (Estados Unidos). Es profesor en el Departamento de Química y Bioquímica, y miembro del Instituto Cooperativo de Investigación en Ciencias Ambientales (CIRES). La investigación del equipo se centra en el desarrollo y aplicación de instrumentación avanzada para mediciones cuantitativas en tiempo real de la composición química de los aerosoles y gases submicrónicos.
El profesor Jiménez es uno de los mayores expertos mundiales en aerosoles. Como comenté en este blog, semanas atrás un total de 239 expertos en virus de 32 países diferentes exigieron a la Organización Mundial de la Salud rectificar en uno de los postulados sobre el SARS-CoV-2: el nuevo coronavirus sí puede permanecer en el aire de los espacios cerrados, con la capacidad de infectar a las personas que están en el interior. Para que los aerosoles de 5 μm caigan al suelo rápidamente como dice la OMS, la gravedad en la Tierra tendría que ser 100 veces mayor de lo que es. Un aerosol de 5 μm puede permanecer suspendido en el aire durante 30 minutos en interiores.
El coronavirus se transmite por vía aérea: respirar, hablar, toser, estornudar o gritar no solo producen grandes partículas que se lanzan como proyectiles, sino también partículas más pequeñas, conocidas como aerosoles. Éstas flotan durante minutos u horas antes de caer al suelo y por eso, pueden transmitir la enfermedad a una distancia de varios metros. Este grupo de expertos asegura que la mayor parte de las infecciones (un 75%) se produce por aerosoles, el resto (20%) se debe a partículas mayores, gotas que viajan entre individuos a menos de 2m. Solo un 5% de los contagios se debe a tocar superficies infectadas. Con estos datos queda clara una cosa: hay que desinfectar menos y hay que ventilar más. Nuestra estrategia es equivocada
Para entenderlo, imaginemos que los aerosoles que transmiten el coronavirus se propagan como el humo del tabaco. Hay que imaginarse a la gente en la calle, en espacio cerrados, como si todos fueran fumadores, exhalando humo a medida que respiran. Y parte de ese humo puede estar contaminado por Covid. La clave para no contagiarnos es respirar el mínimo humo posible “contaminado”. También hay que tener en cuenta que no te vas a contagiar por inhalar un poco de “humo contaminado”. Según los estudios de contactos hechos por los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDCs), hace falta estar unos 15 minutos (sin mascarilla) en ambientes con “aerosoles muy contaminados”para contagiarte.
Por todo esto, y ante la próxima vuelta a las aulas, este científico argumenta que la vuelta al cole es una bomba de relojería, el colegio es una incubadora de Covid.