Hace ya varios años tuve la suerte de realizar un viaje muy especial: bordear el Balaton en bicicleta, en un viaje de unos 200 kilómetros durante una semana, con pequeñas etapas para poder disfrutar de los encantos del lago y sus alrededores. Sobre el Balaton he escrito ya varias entradas en este blog, así que me limitaré a contar mi viaje en general, que puede servir de referencia para aquellos que se dispongan a hacer lo mismo.
Mi bici y el Balaton de fondo.
INFORMACIÓN BÁSICA:
Para llegar al Balaton el tren es la opción más cómoda. Nosotros comenzamos la vuelta al lago en la ciudad de Siófok, la más fácil de alcanzar desde casi cualquier lugar del país, y considerada de facto la capital del Balaton. Desde Budapest hay una cantidad enorme de trenes en verano, y salen desde la estación de Déli (sur), situada en Buda al final de la línea 2 de metro (la roja). Nosotros fuimos desde Szeged, en verano también hay trenes directos desde allí (aunque pasan por Budapest, pero no hay que hacer transbordo, tardan unas 4 horas). Aunque en el lago pueden alquilarse bicicletas en casi todos los pueblos, yo llevé la mía propia, ya que al menos entonces el suplemento de la bici al Balaton en tren era muy barato (no así para otros sitios), así que si tenéis bici en Hungría no merece la pena alquilar. En los trenes suele haber un vagón especial para bicis, donde se dejan candadas. Es importante comprar el ticket de bicicleta, que no se os olvide.
En cuanto al alojamiento, sin duda la opción más cómoda es el hotel (szálloda en húngaro), aunque nosotros nos decantamos por las pensiones (Panzió en húngaro), que en realidad son casitas independientes o partes de la casa que los dueños alquilan (separadas de donde ellos viven, sobre todo el piso superior es muy típico, al que solo se accede desde unas escaleras en el jardín). Nosotros fuimos con las etapas ya planeadas y las pensiones reservadas para cada noche. Encontrar alojamiento para una sola noche a veces no es fácil, algunos dueños prefieren mandarte a freír espárragos y esperar que alguien les reserve una semana o varios días. Claro que no siempre les sale bien la jugada. En cualquier caso no es muy difícil encontrar alojamiento, pero después de pedalear muchos kilómetros no nos apetecía tener que estar buscando un sitio para dormir, así que fuimos ya con todo reservado. Elegimos pueblos pequeños en vez de sitios más grandes y turísticos, para estar más tranquilos y porque además es más económico. Todas estuvieron my bien y las recomiendo. No estoy seguro de si siguen funcionando, pues han pasado ya unos años, en cualquier caso os dejo sus nombres y direcciones por si os interesan.
Sobre el camino, mencionar que en casi todo el recorrido hay un carril bici exclusivo y separado del tráfico y que es una ruta bastante popular dentro de Hungría, el problema es que al entrar a los pueblos muchas veces desaparece en la calle principal, y a la salida no siempre es fácil volver a dar con él. Aún así muy pocas veces nos salimos del recorrido, y siempre lo volvimos a encontrar enseguida. Nosotros fuimos sin GPS ni smartphone ni nada (eran otros tiempos), así que dependíamos exclusivamente de señales, carteles y mapas de los pueblos. Hoy en día se pueden descargar desde internet rutas establecidas al móvil y seguirlas fácilmente con el GPS, pero ya digo que aun así no es necesario.
Estos carteles verdes y amarillos indican el camino a seguir.
La mayor parte del recorrido dispone de un bicicarril exclusivo, muchas veces (no siempre) paralelo a la carretera.
Nosotros fuimos a contracorriente, cuando muchos volvían de sus vacaciones en el lago, justo al finalizar la temporada alta, lo cual fue sin duda un acierto. Los precios de los alojamientos eran más económicos y no había tanto agobio de gente. En general el turismo del lago es de un 50% de húngaros y 50% de extranjeros, la mayoría alemanes/austríacos con un importante número de otras nacionalidades que se acercan un día al lago desde Budapest, fundamentalmente en Balatonfüred y Tihany.
Por supuesto conviene llevar repuestos para la bici, por si ocurre algún pinchazo (cámara, desmontadores, bomba y llave inglesa si tenemos ruedas de tuerca). No obstante, en casi todas las poblaciones hay tiendas que reparan bicicletas, por lo que en caso de avería tampoco hay que andar más de unos kilómetros. También es buena idea llevar un chubasquero, de los que se meten arreguñados en una bolsita de plástico pequeña y apenas ocupan espacio, por si nos pilla un chaparrón.
EL RECORRIDO
Dividimos el tour en siete etapas: Siófok - Balatonfüzfö - Zanka - Tapolca - Keszthely - Fonyód - Zamardi - Siófok, recorriendo unos 30-40 kilómetros diarios (excepto el último, que hicimos tan solo 10). Solíamos desayunar un buen jegeskávé (literalmente "café helado", que en realidad es un café con leche y hielos al que se le añade una bola de helado de vainilla, nata montada y sirope de chocolate, una delicia en el verano húngaro que suele estar disponible en casi todos los sitios).
Mapa con el recorrido y los lugares donde dormimos cada noche.
Parábamos para comer, tomar una cerveza o un granizado, hacer fotos, bañarse en alguna playa o simplemente descansar, cuando veíamos algún sitio interesante. Me es imposible recordar todos los sitios, así que pongo tan solo algunos de ellos.
La primera vez que vi el lago (este fue de hecho mi primer viaje al Balaton), recuerdo que me impresionó. Nunca había visto un lago tan grande, con sus olas, la gente bañándose, y la otra orilla muy lejana, casi imperceptible.
Paseo por la costa de Siófok.
Llegamos sobre la una del mediodía a Siófok, dimos un pequeño paseo por el centro y comenzamos a recorrer en bicicleta los primeros kilómetros de la jornada. Nos dirigimos hacia el este, ya que realizamos el recorrido en sentido contrario a las agujas del reloj. Enseguida llegamos a la costa norte del lago, con sus múltiples y suaves colinas que dan lugar a un recorrido rompepiernas aunque muy bonito. La primera dificultad que nos encontramos fue la de cruzar las vías del tren, por una pasarela con escaleras y la bici a cuestas (hay pasos a nivel, pero ese fue el que nosotros encontramos en aquel momento), luego recorrimos las afueras de Siófok dejando atrás los enormes hoteles de la zona más turística para subir por una empinada rampa a las localidades de Balatonvilágos y Balatonkenese, desde donde hay unas espectaculares vistas del lago desde su extremo oriental. Esta parte del recorrido estaba bastante mal indicada, y nos desviamos del camino en un par de ocasiones, pero no supuso más que recorrer algunos kilómetros extra.
Puerto de Siófok, del que parten barcos hacia la costa norte (Balatonfüred y Tihany).
Fuente en el centro de Siófok. Sentarse aquí con un refresco es una idea excelente para descansar un rato. El ruido del agua y la humedad proporcionan una sensación muy agradable en verano.
El día era soleado y caluroso, pero el cielo comenzó a llenarse de nubes bastante feas, así que continuamos la marcha hasta Balatonfűzfő, donde dormiríamos la primera noche, tras recorrer en bicicleta los 30 kilómetros que la separan de Siófok. La pensión estaba bastante bien, a las faldas de un monte (llamada Veronika Panzió, en Balatoni út 199, Balatonfűzfő). Apenas habíamos llegado comenzó a llover. Cenamos cerca de allí en un sitio bastante económico y con unos platos muy ricos que os recomiendo sin duda, llamado 71-es Bisztró.
El resto del camino, en la siguiente entrada :)