Descansado, vuelvo a ser peligroso. He recuperado el escribir según una rutina y no a ratos, que es lo llevo haciendo en los últimos años.
Escribir es plasmar lo que no se ve. Que tus dedos crucen la gasa de lo invisible. Tantear algo que no es evidente. Y con mucha suerte conseguir traer un fragmento de vuelta. Ni que sea para dejar una leve pátina. Lo intuido. Así escribo poesía.
Vuelvo a ser peligroso