Watchmen
De vez en cuando, al escuchar a través de diferentes medios un montón de elogios sobre una obra, se te va creando un interés creciente que finalmente te dirige de cabeza hacia la librería para conseguir la obra en cuestión. Esto es lo que me ocurrió con Watchmen.
Un hito de la novela gráfica
Watchmen ha sido catalogado por una gran mayoría de críticos, autores y lectores como uno de los principales hitos en la historia de la novela gráfica. Con esta propaganda, cuando abres la portada del libro, ya estás un poco vencido. Pero cuando cierras la contraportada, te das cuenta de que no sólo era cierto lo que se decía… ¡acabas de disfrutar de una obra maestra en la historia de la creación artística!
Porque Watchmen es eso: una obra magna del mundo de la novela gráfica que hace honor al resto de las grandes creaciones del género narrativo. Basta ya de despreciar el mundo del Cómic, al que yo personalmente prefiero denominar novela gráfica para evitar un cierto tono peyorativo de la palabra Cómic (que evidentemente no comparto) Este género, poco a poco y gracias a obras como ésta, se ha ganado un merecido respeto. Pero todavía quedan reticencias históricas difíciles de superar: el Cómic siempre se ha considerado como de consumo rápido y destinado a un mercado infantil/juvenil. No es el caso de Watchmen.
Planteamiento
Alan Moore (guión) y Dave Gibbons (dibujo) con la ayuda de John Higgins (color) son los creadores de esta inspirada e inspiradora obra que trata sobre un grupo de super-héroes: los Vigilantes. Este podría parecer un tema ya demasiado trillado en el mundo del Cómic, pero la aproximación que hace Moore es del todo diferente: los Watchmen han abandonado hace ya un tiempo el papel que les correspondería. O mejor diríamos que han sido apartados por el peso de los años y por una sociedad que ya no los comprende/necesita.
Desarrollo
Estos personajes fuera de lo común nos muestran aquí más bien sus debilidades. Unas debilidades no demasiado alejadas de las que la gente normal y corriente sufre habitualmente en la sociedad moderna occidental: intolerancia, miedo, soledad, egoísmo, desencanto, decadencia, enfermedad. Pero también nos manifiestan grandes valores como la amistad, la valentía y la justicia (aunque esta última la tendríamos que acompañar de un interrogante).
El contexto temporal de la narración, el apogeo de la guerra fría con el antiguo bloque soviético, acaba por completar el lienzo en el cual se desarrolla todo el relato. Una característica a destacar es que cada nuevo capítulo contiene una introducción en forma de narración convencional que ayuda al lector a profundizar aun más en la complejidad del lienzo.
Desenlace
Pero la grandeza de esta obra no sólo reside en el hilo narrativo y en su excepcional representación gráfica. Como toda gran obra narrativa, radica también en el conjunto de reflexiones que acompañan al lector tal como se adentra en la historia.
A mí, personalmente, la que me dejó más perplejo fue la siguiente: ¿En qué casos, el fin justifica los medios? Este paradigma, que en tono afirmativo, merece la calificación de fascista, es la controvertida clave de la última reflexión. Pero antes de enfrentarte con ésta cuestión, maravíllate y deléitate con la evolución llena de ingenio que esta sorprendente narración gráfica te regalará.
¿Quién vigila a los vigilantes? (locución latina)
Bart y Alan Moore
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