We Bistrot ofrece una carta con influencias internacionales y cócteles a cualquier hora.
We Bistrot se ubica muy cerca de Arc de Triomf, una zona que poco a poco va recibiendo nuevos locales de restauración aprovechando locales de antiguos negocios que han quedado en desuso.
Locales de toda la vida, como el que acoge a este bristot, que estaban destinados a otro tipo de comercios y que guardan una decoración de época que Lorenzo Fragola y Fernando Pérez Pradells no han querido perder. Allí estaba el colmado Can Framis que se abrió para la Exposición Universal de Barcelona de 1888 (cuando también se construyó el Arco de Triunfo) y que aguantó hasta el 2015. El restaurante ha querido aprovechar aquellos detalles que dan un carácter único al espacio en el que se respira parte de la historia de la Ciudad Condal.
Necesitó un buen lavado de cara, quitar pintura y aprovechar todo el espacio posible, incluido el almacén. Si nos fijamos, la huella de su pasado está presente en muchos rincones.
Y fue en Julio de 2017 cuando empezó una nueva época para el número 70 de Ronda de Sant Pere. Es cuando We Bistrot abrió sus puertas ofreciendo una cocina sin horarios que incluye coctelería y platos con sabores que nos recuerdan a varios lugares del mundo.
Una mezcla lógica si tenemos en cuenta que su chef, Carolina García, ha pasado por Espai Kru y estuvo viviendo en Singapur durante una temporada. A ese currículum debemos sumarle su origen burgalés (dicen que hace el pollo al chilindrón buenísimo) y la influencia italiana de uno de sus propietarios, Lorenzo, que quiere incluir en la carta los sabores la cocina italiana sin que esta llegue a ser la total protagonista. La mezcla de tantos lugares asegura una cocina sabrosa y apta para todos los públicos que pasa primero por el alto nivel de exigencia que Carolina tiene para elegir el producto.
Su carta tiene unas divisiones claras que no dan lugar a dudas: Tapas, tablas, ensaladas, crudos, italianos y carnes y pescados.
De esta forma encontramos las tapas más clásicas para la hora del aperitivo o para todos aquellos que prefieran compartir y probar más cosas. Croquetas de ibérico, ensaladilla rusa, tortilla de patata o unas originales zamburiñas con mayonesa de ají amarillo y chalaca son algunas de las sugerencias que encontraremos.
Su sección Tablas está pensada para lucir el producto como el jamón ibérico de bellota, el atún ahumado y los quesos, incluida un monográfico de Idiazabal.
En el resto de la carta podríamos decir que encontramos los platos principales. Su pulpo asado con crema de tupinambo se ha convertido en su plato emblema, aunque personalmente creo que su lubina con salsa cítricos y ensalada de hinojo no tiene nada que envidiarle; como tampoco lo tiene su Risotto nero di sepia.
Fuera de las franjas horarias de comida y cena también podemos visitar We Bistrot para disfrutar de un buen aperitivo previo a la comida o de un buen café acompañado de su repostería casera. En lo que a las últimas horas del día se refiere, hay que aprovechar su coctelería después de la cena, alargando la sobremesa y el relax lo máximo posible con un buen combinado en mano.
We bistrot es un sitio donde puedes comer a cualquier hora a un precio asequible. Así de fácil podría ser la descripción de este encantador restaurante de Barcelona.
Pero hay que añadir que los dos socios ya tenían un proyecto en común y que We Bistrot ha servido para acabar de redondear: We Boutique. En el mismo edificio y con solo seis habitaciones se ubica un pequeño hotel que encandila por su sencillez, elegancia y discreción. Pensado para pernoctar, We Boutique necesitaba un complemento que pudiera dar solución a sus huéspedes en caso de que quisieran comer y cenar. Así nació la idea del bistró que finalmente se ha creado con identidad propia como restaurante independiente que sirve tanto a los que se alojen en el hotel boutique como a cualquier otro comensal que no pueda resistir la tentación de entrar al pasar por delante.
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