Welcome to India ! – ¡ Bienvenidos a la India !

India, no es simplemente un lugar en la geografía o en la historia, no es sólo un país o un territorio, es mucho más, es una metáfora, es poesía, es algo oculto pero, a la vez, muy real. Existen pocos países que, a lo largo de la historia del ser humano, hayan despertado tanta fascinación y desconcierto (a partes iguales) y, a la vez, hayan ido más allá de los mitos que la definen.

Desde sus primeros asentamientos urbanos, la cultura india estuvo sometida a una continua interacción entre los diferentes grupos sociales, lingüísticos y religiosos, lo cual explicaría el importante e inigualable legado cultural, que ha perdurado, siglos tras siglos, hasta nuestros días.

Aquí, en la patria de la diosa “Gangá” (uno de los nombres para dirigirse al respetado y venerado río Ganges) donde las vacas son tan sagradas como casi omnipresentes, religión y espiritualidad siguen marcando el centro de su existencia, fundamentalmente, por la actitud mística de sus habitantes, sin importar las creencias, edad, procedencia o clase social. Durante cientos de años, multitud de personas alcanzaron allí el más alto grado de conciencia y sus vibraciones aún perviven impregnando su atmósfera de una energía, única.

Buscadores espirituales, estudiosos del conocimiento antiguo, enamorados de la historia, el arte y la arqueología, amantes de la naturaleza, personas de corazón contemplativo, solidario y devocional, defensores de las tradiciones populares y costumbres milenarias, exploradores de grandes cumbres, aquellos que describen lugares, personas y relatan aventuras con sus propias manos, danzantes y músicos que gustan de sonidos y ritmos del alma, cazadores de cuentos, leyendas y mitos, ojos sensibles que captan e inmortalizan imágenes, caminantes por el mundo, viajeros solitarios, en pareja o en grupo, jóvenes intrépidos, familias aventureras, primerizas, nómadas, trotamundos varios…. Todos y cada uno de ellos (juntos o por separado e incluyéndome a mí misma) encuentran un refugio, el abrazo y la inspiración que buscan, necesitan o anhelan, aquí.

Sin duda, la India es uno de esos lugares míticos, imponentes y enigmáticos al que ningún buen viajero (con mayúsculas) puede renunciar. Extrema, dura, pasional y rebosante de vida hace honor a frases típicas o tópicos como “la amas o la odias brutalmente” y no es exagerado. Es tal la sensibilidad que se despierta y que transmite en ti, cada ser humano, cada rincón o cada uno de sus increíbles templos que te obliga a permanecer en estado de alerta, y necesaria presencia, casi permanentemente. Sin contemplaciones, te enfrenta contigo mismo poniéndote a prueba, a cada rato, con la intención de aflorar tu infinidad de posibilidades y capacidades, muchas de ellas dormidas en nuestra rutina cotidiana. Una oportunidad única de encuentro y aprendizaje, si eres capaz de abrirte con humildad, abrazar la paciencia y adoptar con entrega, el famoso “India time” (del que ya hablaremos en otro momento).

Han sido tantas las personas que han escrito, escriben y escribirán sobre India en todo el mundo, en tantas épocas, tantas lenguas y de tantas maneras, que cualquier palabra se queda corta para hablar sobre cualquier aspecto de este país que, dada su inmensa riqueza antropológica, cultural, artística y geográfica, más que un país se asemeja a un “rico y gigantesco mosaico” construido y tejido con diferentes piezas, entrelazadas y conectadas entre sí. Decir “me voy a India” es cosa sería y no es para menos pues tiene casi 10 veces la superficie de España (aquí las distancias adquieren otras proporciones), 1200 millones de habitantes, aproximadamente, entre 30 y 35 idiomas oficiales y algo más de 2000 dialectos, casi nada.

Por eso, desde el inmenso respeto, devoción y amor que tengo a India, basándome en mi propia experiencia y a través de diferentes entregas (este es el 1 capitulo de un total de 10), mi intención es acercar este increíble país de una forma general pero a la vez sutil, evocar situaciones y recuerdos varios (si ya tuviste la oportunidad de conocerla “in situ”), aportar datos de interés y curiosidades y, sobretodo, ofrecer algunas claves para que, una vez allí, descubráis vosotros mismos el color, el olor, el sabor, el tacto y la energía de esta maravillosa tierra, a la que creo que cualquier persona debería visitar, al menos una vez en su vida. En mi caso, jamás olvidaré mi reencuentro con esta patria, esas miradas tímidas, desafiantes, de asombro y curiosas o las sonrisas hermosas, limpias e inocentes como las de Pikar y Pindu (en la primera foto) que te dejan casi sin aliento, y digo “reencuentro” porque estando allí sentí que, mucho tiempo atrás, yo ya había estado en ese lugar así como también tenía la certeza de que volvería una y otra vez

Dicho todo esto, os invito a que retengáis esta firme, convincente y contundente afirmación: “Don,t worry my friend, everything is possible”. Entiendo que aquí carezca del matiz, la connotación y el significado tan profundo que tiene en aquellas tierras y que no suene igual que cuando te la dice con tanto arte, simpatía, a veces incluso chulería, y solera un indio en medio de alguna situación difícil, complicada o imposible “a priori” para una mente occidental. Por favor, insisto, grabadla porque estoy convencida de que aparecerá en el momento y lugar menos imaginado o tal vez incluso os acompañe durante gran parte del viaje. En tal caso, espero que os acordaréis de este momento (eso sí, con una buena sonrisa y entre risas).

Entonces, comprenderéis parte de la magia al descubrir que en India todo, absolutamente todo cuanto imaginéis, es posible. ¿Estáis dispuestos a comprobarlo, experimentarlo y sentirlo en primera persona?

Pues, si queréis saber más, os invito a que nos sigáis en el próximo capítulo donde habrá consejos prácticos para empezar a preparar vuestro próximo viaje, Welcome to INDIA!!

* Todas las fotos son de Jose Ferrer y Sita Ruiz (una servidora).