El actor Wentworth Miller, que protagonizó la famosa serie ‘Prison Break’ y que ahora tiene bastante éxito como guionista, ha rechazado acudir como estrella invitada al festival de cine de San Petersburgo debido a la aparición de leyes homófobas en Rusia que, entre otras cosas, pueden llevar a la cárcel a todos aquellos que hagan muestra de un comportamiento sexual “inapropiado” o incluso hablen de relaciones entre personas del mismo sexo, y que mantiene a raya a todos los atletas rusos, que llevan días protagonizando escándalos en contra de los derechos de los homosexuales para ganarse el favor de las autoridades. Se da la circunstancia de que Miller ha aprovechado para admitir su homosexualidad en un comunicado que ha conseguido situarle como la noticia más comentada del día:
Gracias por su atenta invitación. Como alguien que ha disfrutado visitar Rusia en el pasado y también puede reclamar un grado de ascendencia rusa, me haría muy feliz decir sí, sin embargo, como hombre gay, debo declinar. Estoy profundamente preocupado por la actitud actual y el trato que reciben los gays por parte del gobierno ruso. La situación no es aceptable de ninguna manera y no puedo participar en una celebración auspiciada por un país donde se le niega sistemáticamente el derecho básico a vivir y amar abiertamente a la gente como yo»
Sin embargo, lo que es noticia y acapara la mayor atención no es su defensa de los derechos y su comunicado evidenciando el problema del colectivo gay en Rusia, sino que un actor ha salido del armario. Una clara muestra de lo triste que es en ocasiones el mundo, donde a nadie le importa nada que no salga en las revistas del corazón. La inclinación sexual de alguien no debería ser cosa nuestra, pero sí debería interesarnos los esfuerzos que hace para evidenciar un comportamiento discriminatorio y homófobo.