Quizás un poco de tijera no le hubiera ido nada mal a este «When The Ligths Go«, el ambicioso disco con el que Orlando Higginbottom da continuación ¡diez años después! a su muy bien recibido debut. Claro, el chico no ha estado parado, ni mucho menos, y durante toda la década ha ido alimentando la espera con un goteo de temas sueltos , colaboraciones y producciones que parecían alejar, más que acercar, la posibilidad de un disco tan redondo como «Trouble«, así que me imagino que habrá sido complicado dejar de lado todas las ideas y canciones que habrán pasado por su cabeza en un periodo de tiempo ten largo.
Sin entrar en comparativas estériles de si mejor o peor (a fin de cuentas, el disco sólo lleva una semana larga en el mercado), por lo pronto puedo decir que el disco es 1) bastante más ochentero en algunos cortes de lo que me habría imaginado de su autor (ahí están para demostrarlo «Crosswalk«, «Story» -a sólo dos pasos, ojito, de Mitch Murder, o la bonita «Friend«) 2) sí, un pelín largo en su duración general, pero ojo, no en la de los temas que tiran a un formato más pop y 3) generoso en hits, y eso es una buena noticia.
Claro, con tanta canción (¡17!) Orlando tira por la vía de la dispersión, y lo mismo parece que les lanza un guiño a los Röyksopp («Blood In The Snow«) que se acerca a las pistas de baile («Sound And Rhythm«, la más acelerada del lote), que firma un baladón tan fa-bu-lo-so y romántico como «The Sleeper«, que hace -sí, de esas también hay- canciones de house-pop introspectivo como las que esperábamos de TEED (pongamos el caso de «Forever» o «Through The Floor«). Y pese a la comentada dispersión, sí que parece haber una intención de enfocar el álbum más hacia el pop: difícilmente podría etiquetarse este disco como «electrónica», así sin más. No en vano, el artista confesaba en una reciente entrevista: «Creo que todos hacemos música pop y dentro de 100 años, todo será llamado música de la era pop«. Todo ello en torno al tema central del amor en tiempos de miedo (aunque hay alguna composición de 2014, la mayoría de las pistas tiene su origen en el período 2018-2021), intentando encontrar la esperanza en todo el pánico que nos rodea.
Y con permiso de la (¡muy Hot-Chip!) «Never Seen You Dance«, vamos con el que me parece a mi que es el gran sencillo del disco, esta «When The Lights Go» que, no por nada, presta su nombre a toda la colección. Los ecos lejanos a OMD con los que se abre mutan enseguida a sonidos más contemporáneos, un ejercicio que por momentos suena parecido a lo que en su día hicieron los Holy Ghost! u otras bandas con denominación de origen DFA. Una auténtica chulada que debería servir para volver a poner a Orlando en el sitio que se merece.
Publicado en: RevelacionesEtiquetado: 2022, Nice Age, Synth-Pop, Totally Enormous Extinct Dinosaurs, When The Lights GoEnlace permanenteDeja un comentario