La adolescente Lili (Zsófia Psotta) tiene que pasar unos meses con su
padre al que apenas ve, teniendo que llevarse a su perro Hagen. Tras
una serie de problemas que acabarán por provocar que abandonen al perro,
la niña se echará a la calle para encontrar a su mascota.
El
actor y director Kornél Mundruczó nos plantea una historia que ya hemos
podido ver en otras películas donde un protagonista infantil pierde a su
animal y moverá tierra y cielo para encontrarlo, mientras que este vive
diferentes aventuras por las calles de Budapest. “White God” consiste
en una coproducción entre Hungría, Alemania y Suecia, pese a lo sencillo
de su idea el coste de producción es elevado para ser una película
húngara. La mayor parte del peso recae tanto en la protagonista como en
el perro, que serán los que por diferentes caminos nos mostrarán los
peligros de ir solos por la ciudad. La joven Zsófia Psotta pese a su
corta edad demuestra que es capaz de echarse a la espada todo lo que le
venga, desde poder mantener el pulso a actores que la cuadriplican en
años hasta mostrarse claramente preocupada o alterada por la situación
en la que se encuentra. Con un personaje que acaba de entrar a la
adolescencia nos ofrece una serie de actitudes que seguramente le sean
muy cercanas pero en las que no da la más mínima muestra de duda ante la
cámara.
“White God” no es más que una película de niño y su
mascota durante los dos primeros tercios del metraje, pero a partir del
segundo nudo de la trama cambia radicalmente de manera sorprendente. Sin
previo aviso ni nada que pudiese indicar que fuese a suceder, la
película pasa a tomar todas las claves propias del cine de zombis. En
este caso los infectados serían todos los perros de la mayor perrera de
la ciudad que repentinamente se han vuelto altamente inteligentes y
organizados hasta el punto de atacar a todo aquel que esté a su alcance
de manera desproporcionada y absurda. Este cambio de género resulta tan
imprevisible como ridículo en lo que venía siendo una especie de drama
con claros tonos realistas, pero una vez lo adopta lo llevará hasta los
últimos extremos tomando todas los rasgos característicos del subgénero
zombi. Toda la acción se desarrolla de noche, las calles están
desérticas, la policía tiene que enfrentarse a una amenaza que no
conoce, hay muertes violentas sin sentido, sata la sangre, y la siempre
recurrente tensión cuando la protagonista deberá verse cara a cara con
el ser que ama. Mi puntuación: 2 sobre 10. “White God” llega a las salas
este próximo viernes 19 de junio.
Crítica de Sergio Cardete.