Revista Historia

Who's Who, el antecesor de Facebook del siglo XIX

Por Ireneu @ireneuc

Que Facebook se ha convertido en un elemento básico de nuestra forma de conectarnos con los demás es algo que, ahora por ahora, resulta incontestable. Quien más, quien menos tiene su muro en esta red social, y ya seas de los que proveen de contenidos o de los que simplemente chafardean lo que publican los demás, si no sales en ella, estás poco menos que muerto. Esto, que tal vez no tendría la menor importancia para la gente anónima, es fundamental para los que, como yo, difundimos nuestros trabajos en la nube y tenemos cierta presencia en Internet. No obstante, por mucho que pensemos lo contrario, Facebook no es una cosa tan novedosa como pueda parecer y un "libro de caras" primigenio ya existía en Inglaterra en 1849: se llamaba " Who's who" (Quién es quién), era en papel y, lo más extraordinario, aún se publica en la actualidad. Le invito a conocerlo.

El ser humano, de toda la vida, ha tenido la necesidad de destacarse respecto los demás. Ya sea por ser un personaje preeminente o por simple exhibicionismo, ayer igual que hoy, ser visible de una u otra forma para el resto de la sociedad siempre ha sido un caramelito que no ha amargado nunca a nadie. En la actualidad, las nuevas tecnologías han permitido que cualquier hijo de vecino tenga su palestra particular desde la cual llamar la atención (calidades, a parte) sobre su persona pero, en su momento, tan solo los más influyentes y poderosos tenían la capacidad de hacerlo.

Fue en 1849, que la editorial Baily Brothers publicó el primer número de "Who's Who", un recopilatorio anual con los nombres de los personajes más importantes para la sociedad británica de mediados del siglo XIX. En él se incluían los miembros de la monarquía, la nobleza, parlamentarios, jueces y todas aquellas personas que, a criterio del editor Henry Robert Addison, se consideraba que era relevante para la vida pública del Reino Unido.

La publicación, en tanto que daba publicidad a los próceres de la Pérfida Albión, pronto obtuvo un sonado éxito, hasta el punto que, el hecho de salir listado daba un estatus de reconocimiento social que no se obtenía de otra forma. Asimismo, a parte del honor de constar en el listado, el estar publicado sobre papel permitía hacer públicos los datos de contacto de dichas personas, de tal manera que cualquiera que dispusiera del libro podía dirigirse a ellos con total libertad. En un momento en que el asunto de la privacidad no era un problema, dicha facilidad fue utilizada por estafadores para sacar los cuartos a más de un noble incauto ( ver La historia de las ciberestafas de origen español).

Así las cosas, la publicación fue aumentando el grosor de su listado hasta que en 1897 al ser adquirido por la editorial A&C Black (quien la sigue publicando desde entonces, pero ya perteneciendo desde 2000 al grupo Bloomsbury Publishing), cambió su registro. A partir de entonces, los personajes, además de los datos de contacto, estarían listados por orden alfabético -anteriormente estaban agrupados por su pertenencia a uno u otro grupo- y añadirían toda una serie de datos biográficos proporcionados por los mismos interesados. Obvia decir que recibir el formulario de la editorial conforme querían incluirte en Who's Who, era poco menos que reconocer que eras " alguien". No por nada, a partir de 1899, no se conoce el nombre del editor para evitar acusaciones de favoritismo y aleatoriedad, y más si tenemos en cuenta que, una vez incorporado, la única forma de salir es con los pies por delante. Como lo oye.

Cuando alguien entra en el libro, su "perfil" -como diríamos hoy- permanece en él hasta la muerte del personaje, que pasa a formar parte de " Who was who" (Quién fue quién) en que se listan de forma quinquenal las personalidades fallecidas. Lo gracioso del asunto es que, si no hay constancia de la muerte del sujeto, su biografía sigue en su sitio ad aeternum, tal como le pasó al 7º Conde de Lucan, el cual desapareció sin dejar rastro en 1974 y, a pesar de darse por muerto en 1999, sigue apareciendo en el listado. Si no hay constancia de muerte, no se sale. Típico humor negro británico.

En la actualidad hay listadas más de 33.000 personas de todos los ámbitos sociales (política, diplomacia, literatura, artisteo, deporte...), tanto británicos como internacionales, que siguen dándose de hostias por entrar dentro de él y tener su propio espacio. Madonna, Robert de Niro, Kate Moss, Tom Hanks o Michael Douglas están incluídos en Who's Who, pero, cusiosamente, otros como John Lenon, Elvis Presley o Kirk Douglas (el del hoyuelo) nunca han formado parte de este libro, habiendo sido criticada la editorial por esta aparente falta de criterio a la hora de incluir unos u otros.

Sea como sea, Who's Who sigue siendo un referente -ciertamente snob- para todo aquel que quiere ser alguien en el Reino Unido o pretenda estar informado de quién lo es. Y es que poder adquirir este "tocho" de más de 2.600 páginas sin ilustraciones no está al alcance de todo el mundo, ya que cuesta la friolera de 280 libras esterlinas ( 361,92 ). Eso si, si prefiere poder consultar la versión on line, por 184 libras ( 237,83 €) tendrá todo un año para consultarlo.

En definitiva, que en la época de Facebook, Twitter, WhatsApp e Instagram, una publicación de 168 años, publicada en papel puntualmente (ni la II Guerra Mundial pudo con ella), marca la diferencia entre los verdaderos VIP del momento y el resto de pringadillos de la sociedad, los cuales nos hemos de conformar con un simple perfil en el "libro de caras" de Mark Zuckerberg.

El día que se enteren los de Gran Hermano VIP...


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