Argumento:
Wimbledon Green se autoproclama el mayor coleccionista de cómics del mundo, quien, además, consiguió zanjar el mejor acuerdo de intercambio de la historia del coleccionismo de cómics.
Este es un libro encantador y divertido en el que coleccionar cómics se convierte en una intriga y un asunto financiero de alta importancia. Con Wimbledon Green, Seth analiza la necesidad de coleccionar y la necesidad de reinventarse uno mismo.
casadelllibro.com
Reseña:
"¿Quién es Wimbledon Green?" es el tema recurrente de esta novela gráfica. A través de historias cortas -la mayoría sin ninguna conexión entre sí-, la gente que conoce a Wimbledon Green, entre vendedores, coleccionistas y estudiosos del cómic van dando forma a la imagen de este personaje particular. Esto porque su personalidad genera asombro y misterio, a veces transformándose en admiración y alegría por hablar de algo tan maravilloso como pueden ser los cómics, al centrar la vida de una persona en eso: juntar cómics y ser el mayor coleccionista del mundo, como es Wimbledon Green.
Daría la impresión de que el tono de la novela gráfica se movería entre la alegría y la extrema amabilidad, dejando de lado un punto fundamental de la realidad como lo sería la tristeza o el resentimiento. Sin embargo, el dibujante Seth fabrica de forma magistral dichas sensaciones a través de la estructura de la historia. Estaría de más señalar cómo resuelve esto, lo que importa es que lo hace, incluso repuntando la historia.
Wimbledon Green es, ante todo, una expresión directa hacia lo que significan los cómics y las personas que se sumergen en ellos. Por ejemplo, cultivar un gran cariño hacia aquellas historias que tan buenos ratos te pudieron hacer pasar. Pero sobretodo, el momento en que te ocurrieron, como puede ser la infancia. También aparece la obsesión y lo que se hace para conseguir ese cómic.
Seth. Vía guelphfilmfestival.ca
Algo llamativo es el reconocimiento que comparte -en la introducción del libro- el autor canadiense Seth hacia sus colegas estadounidenses del cómic alternativo, como Daniel Clowes o Chris Ware. Señala su admiración, así como la inspiración para hacer cosas semejantes. Si se creería su comentario tiene algo de envidia -sea mala o buena, es igual- o algo semejante, su misma obra Wimbledon Green, dibuja una inusual sencillez de quien acepta como ejemplo a sus contemporáneos.