Uno menos. Game over para un dictador. Y otro quebradero de cabeza para la geopolítica, la geoestrategia y los geonegocios, porque el que se va, Mubarak, no era un dictador cualquiera, sino uno de esos hijos de puta que son nuestros hijos de puta en la zona.
Es pronto para el análisis, pero apunto dos notas en el asunto: la influencia notable de las redes sociales en el asunto. (aviso para dictadorzuelos navegantes: secuestrar ejecutivos de google no parece buena idea.) Tiempo habrá para analizar en profundidad, pero el pretender, como primera medida, silenciar internet, indican por donde van los tiros.
Y segunda nota: Wikileaks. Si. Esos cables confidenciales donde se exponía con crudeza infantil lo que los embajadores y demás agentes de la CIA pensaban de los líderes mundiales. También había de Egipto. De Mubarak. De que manera lo expuesto en esos cables han influido es otra de las incógnitas a debatir. Pero el hecho de que el mundo sea hoy algo más transparente, pese a los gobiernos, hace que la gente deje de marcar vidrio, se ponga a pensar y a montar revoluciones.
Enhorabuena a los egipcios.
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