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Without a Clue: Detrás de cada gran detective, hay un ayudante que hace todo el trabajo.

Publicado el 23 junio 2010 por Fantomas
Without a Clue: Detrás de cada gran detective, hay un ayudante que hace todo el trabajo.“Without a Clue” (1988), es una comedia de misterio del director Thom Eberhardt, la cual está protagonizada por Michael Caine y Ben Kingsley.
El Dr. John Watson (Ben Kingsley) es un brillante detective. Sin embargo, para proteger su reputación como doctor, contrata a un actor llamado Reginald Kincaid (Michael Caine) para que personifique a Sherlock Holmes, el personaje que ha creado para ocultar su verdadera afición. Cuando en medio de un complejo caso Watson desaparece, el inepto “Holmes” deberá intentar resolver la situación antes de que sea demasiado tarde.

Without a Clue: Detrás de cada gran detective, hay un ayudante que hace todo el trabajo.

La idea que dio vida a esta inusual historia del detective más famoso del mundo, surgió luego de que el guionista Gary Murphy viera la adaptación televisiva de la segunda novela de Sir Arthur Conan Doyle protagonizada por Sherlock Holmes, “The Sign the Four”, en la cual Holmes humilla sin contemplaciones al Dr. Watson en frente de algunos detectives de Scotland Yard. Fue en ese momento que Murphy pensó en la posibilidad de desarrollar una historia donde Watson fuese en realidad el sagaz detective, y Holmes fuese sólo el encargado de llevarse el crédito de las investigaciones, convirtiéndose en una suerte de “imagen corporativa”. Con esta idea en mente, Murphy y su colega Larry Strawther desarrollarían el guión que posteriormente sería llevado a la pantalla grande por el norteamericano Thom Eberhardt. En cuanto al elenco protagónico, el productor Marc Stirdivant no dudaría en contratar a Michael Caine y Ben Kingsley, dos actores que a esas alturas ostentaban unas exitosas carreras. Las filmaciones comenzarían en noviembre de 1987, en Gloucester, Inglaterra.
Un poco antes de que comenzara el rodaje, Michael Caine declararía con respecto al film: “Es una comedia. Si tú piensas que yo voy a interpretar a Holmes y que el tipo que interpretó a Gandhi va a estar en el rol de Watson, que otra cosa podría ser además de una comedia”. En otra entrevista, Caine declararía: “A la fecha probablemente existen cientos de películas acerca de Sherlock Holmes, pero esta sin duda es única en su especie. Para mí, había solo una forma de interpretar a Holmes, y esa era de la forma más cómica posible”. Caine tendría una función fundamental al momento de filmar la cinta. Según la actriz Lysette Anthony, quien se encargó de interpretar a Leslie Giles, el guión en el papel no era ni la mitad de lo cómico e inteligente que terminó resultando una vez que se plasmó en la pantalla. Esto se debió en parte a que cierto día, el director tras presenciar uno de los ensayos llevados a cabo por Caine y Kingsley, pensó que sería mejor darle cierta libertad a los actores, en especial a Caine, para que estos pudieran improvisar cuando lo creyeran conveniente. Afortunadamente para él, el tiempo le daría la razón.
Without a Clue: Detrás de cada gran detective, hay un ayudante que hace todo el trabajo.

La cinta comienza con un par de ladrones quienes están intentando llevar a cabo el robo de sus vidas en la Royal Gallery de Londres. De pronto, entre las sombras aparece la figura inconfundible de Sherlock Holmes, quien acompañado por el Dr. Watson se enfrenta a los criminales quienes pronto se verán acorralados por Scotland Yard y el inspector Lestrade (Jeffrey Jones). Aunque el reconocimiento por la captura de los criminales cae sobre los hombros de Holmes, una vez que los detectives abandonan el lugar se revela la increíble verdad; es Watson el cerebro de las investigaciones, mientras que Holmes no es más que un perdedor incapaz de lograr una conjetura medianamente inteligente por sí mismo. Para colmo, Reginald Kincaid, el verdadero nombre del tipo contratado por Watson para personificar a Holmes, es un jugador, bebedor y mujeriego empedernido, lo que de todas formas no impide que este se lleve todos los créditos de las investigaciones en las que se ve involucrado, no importando lo obvio de sus observaciones o lo idiota de sus deducciones. Cansado de esta situación, Watson decide despedirlo para probar suerte con su nuevo producto; “John Watson, el doctor del crimen”.
Sin embargo, la charada que ha sostenido por tanto tiempo le impide que las autoridades o los admiradores de Holmes lo tomen en serio, por lo que cuando se involucra en el caso del robo de las placas utilizadas para imprimir los billetes de cinco libras, el cual puede terminar por arruinar al Imperio Británico, a Watson no le queda más remedio que traer de regreso a Kincaid para la última investigación de Holmes. Desde el inicio de la cinta nos podemos dar cuenta de que estamos frente a una comedia de enredos y chistes visuales. El Holmes de Caine es bastante similar al Inspector Clouseau de Peter Sellers, en el sentido que constantemente está provocando enredos y dejando en evidencia su incompetencia, inclinándose más por el humor absurdo y dejando de lado toda sutileza. Durante la segunda mitad de la cinta, nos encontramos con el obligado giro argumental que hace hincapié en los interrogantes que plantea la investigación torpemente llevada a cabo por Holmes, lo que lamentablemente influye negativamente en el resultado del film. Al carecer la investigación de todo misterio (un poco antes de la mitad del relato nos enteramos que es el Profesor Moriarty quien está detrás del robo de las placas), el único punto de interés que esta presenta es la posible “redención” como detective de Kincaid/Holmes y los errores que este continúa cometiendo pese a sus buenas intenciones.

Without a Clue: Detrás de cada gran detective, hay un ayudante que hace todo el trabajo.

La principal razón por la que esta película funciona tan bien es debido a la química innegable que existe entre Caine y Kingsley. Caine es comiquísimo como el irresponsable, cobarde y torpe Holmes, quien protagoniza gran parte de las escenas más divertidas de la cinta, y se complementa de manera perfecta con el brillante pero ninguneado Dr. Watson, a quien le cuesta resignarse a la idea de que su creación se lleve todos los aplausos. Por su parte, tanto Jeffrey Jones como Lysette Anthony, realizan un gran trabajo como Lestrade y Leslie Giles respectivamente. No deja de resultar divertida la constante batalla de “intelectos” que se lleva a cabo entre Holmes y Lestrade, donde este último al no percatarse de la farsa que sostienen Watson y su amigo actor, intenta imitar por completo a Holmes. Lo que definitivamente llama la atención con respecto a la cinta, es su tono clásico y la estupenda dirección de arte de Terry Ackland-Snow y Robin Tarsnare, quienes construyen unos escenarios más que acordes con la época y el lugar donde transcurre la historia. Igualmente satisfactorios resultan ser el trabajo de fotografía de Alan Hume, y la banda sonora compuesta por Henry Mancini.
“Without a Clue” no presenta una historia con demasiadas sorpresas y por momentos se torna demasiado teatral. Sin embargo, dentro de los cientos de adaptaciones de las aventuras del archiconocido Sherlock Holmes, esta película se presenta como una refrescante y original revisión del personaje. Además refleja un momento en la vida de Conan Doyle, quien cansado de su personaje más famoso intentó “asesinarlo” sin mayor éxito. Más allá de las posibles fallas que pueda presentar esta cinta, “Without a Clue” es una divertida y eficaz comedia que vale la pena revisar, principalmente por la impecable interpretación de sus protagonistas, un puñado de situaciones realmente hilarantes, y por lo original de su premisa. En definitiva, a mi gusto esta es una de las mejores películas del siempre irregular Thom Eberhardt, y una verdadera joya olvidada que merece ser redescubierta, en especial por los asiduos a las aventuras del incomparable Sherlock Holmes y su siempre fiel compañero el Dr. Watson.


por Fantomas.


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