Puede sonar a una película o una novela, pero es una historia real acontecida durante la Segunda Guerra Mundial. Hay un documental sobre Wojtek, dirigido por Will Hood, que relata su historia en el frente y durante la guerra.
Todo comenzó en 1942, cuando el llamado informalmente ejército de Anders y miles de civiles polacos que habían sido hechos prisioneros por los soviéticos tras su invasión de una parte de Polonia en 1939, fueron liberados y se marcharon de la URSS, gracias al entendimiento británico-soviético-polaco, tras la ofensiva nazi sobre la URSS.
Estos soldados se dirigían a Palestina, entonces bajo mandato británico, a través de Irán. En el camino fue donde Wojtek, siendo un osezno, fue vendido a estos soldados (o a algún civil de los que les acompañaba) y fue adoptado por ellos.
Estos soldados acabarían siendo la 22ª Compañía de Artillería del II Cuerpo del ejército polaco.
Cuidaron a Wojtek desde pequeño, dándole leche y dobles raciones, le tenían mucha estima y aprecio, y aprendió a comportarse muy bien con los humanos. Con el tiempo Wojtek, como es natural, creció y cuentan que bebía cerveza y se comía los cigarrillos que le ofrecían. Incluso aprendió a hacer el saludo militar.
Según relata un ex-soldado a la BBC, elevaba la moral de la tropa: "Para las personas que estaban lejos de sus familias, lejos de su país, era algo importante desde el punto de vista psicológico."
Tras pasar por Irak y Egipto, la compañía fue requerida para ir a luchar a Italia. Pero en el puerto de Alejandría, cuando se disponían a viajar a Italia, surgió un problema: los británicos no permitían subir a ningún animal a bordo. Los polacos no estaban dispuestos a dejarlo en tierra y se les ocurrió alistarlo como soldado del ejército polaco.
Al subir al barco presentaron su documentación y el británico encargado del embarque le permitió subir.
La compañía y el soldado oso Wojtek lucharon en la Batalla de Montecassino, donde ayudó al traslado de cajas de proyectiles.
Según cuentan los polacos y algún británico, los polacos se encontaban bajando las cajas de proyectiles muy pesadas de un camión. Entonces Wojtek se acercó, se levantó sobre dos patas e intentó coger una caja. Los allí presentes interpretaron que quería ayudar y le ataron al lomo una de las pesadas cajas, la cual Wojtek subió a su destino, y así una, otra, otra... ni los estallidos de las bombas le asustaban.
Desde entonces el emblema de la compañía se convirtió en la imagen de un oso (Wojtek) llevando un proyectil en sus brazos.
Wojtek sobrevivió a la guerra, y una vez acabada ésta, su compañía, con él incluido, fue trasladada al Reino Unido y desmovilizada en Escocia.
Wojtek fue trasladado al zoológico de Edimburgo. Al principio sus ex-compañeros le visitaban regularmente, pero con el tiempo las visitas fueron espaciándose cada vez más. El ánimo de Wojtek fue apagándose, pues seguramente no comprendía por qué estaba allí encerrado y más después de la vida que había llevado.
El 15 de Noviembre de 1963 murió con 22 años.
Un final demasiado triste para un soldado que sirvió de forma útil, sorprendente y valerosa con sus compañeros del ejército. Sinceramente creo que Wojtek debería haber tenido una vida, después de la guerra, más digna, acorde con sus logros y por supuesto un final más honroso que encerrado en un zoo.
Una cosa está clara, y es que Wojtek se ganó un sitio en la Historia.
Fuentes:
BBC.com
Wikipedia.org
en.wikipedia.org