Las aguas del Golfo de Corcovado, al sur de Chiloé, no sólo se han identificado como relevantes para las ballenas azules, sino también para delfines, aves, lobos marinos y nutrias, y para un sinnúmero de especies de invertebrados, como corales de agua fría. Dada esta extraordinaria biodiversidad, la importancia de lograr una conservación integrada en el área es esencial para el futuro de las diversas especies.
En este contexto, la propuesta de Área Protegida Marina de Múltiples Usos de Pitipalena-Añihué y el Parque Marino Tic-Toc, iniciativa impulsada por Fundación Melimoyu y respaldada por diversos actores, y en particular por la comunidad de Raúl Marín Balmaceda, es un ejemplo noble de apoyar y replicar.
Por su relevancia, seriedad e impacto, WWF y el Centro Ballena Azul (CBA) se suman a esta iniciativa, dado que es un área prioritaria e identificada como de alto valor para la conservación.
En específico, la zona propuesta para ser protegida (Pitipalena-Añihué y Tic-Toc) corresponde a un hábitat típico y representativo de los fiordos y canales del sur de Chile. Además, se trata de un área escasamente intervenida y por tanto constituye una oportunidad única de preservación y cuidado. De ahí la gran importancia de conservarla y de lograr así que las actividades que allí se desarrollan (turismo, acuicultura, pesca) sean efectuadas de la manera más sustentable posible.
vía comunicado
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