Soy consciente de lo peligrosa que llega a ser la desesperación. Ante una enfermedad grave, cualquier asidero de esperanza nos puede hacer caer en manos de desaprensivos que, como buitres, hacen del dolor ajeno un negocio fructífero. Como científico también estoy tentado a trasladar lo antes posible mis logros desde el laboratorio hasta la Sociedad. Aunque presuponiéndome un principio de bondad, nunca debería puentear las normativas vigentes: legislativas o éticas. ¿O cree que, en salud, el fin y la desesperación justifican los medios?
En este campo difuso de empresas con supuesta base en biotecnología o biomedicina que buscan, llamemos las cosas por su nombre, el lucro ofreciendo falsas esperanzas a muchos enfermos y sus familiares, habría que situar a X-Cell, empresa alemana con base en Colonia y que ofrece, supuestamente y según su página web, que no pienso difundir, tratamientos para enfermedades como párkinson, Alzheimer, tetraplejías o diabetes. Esto es, enfermedades que, dicho sea de paso, continúan siendo estudiadas en los laboratorios puesto que, incluso, se desconoce la etiología de la mayoría de ellas. Son enfermedades cuyo tratamiento con células madre del propio paciente, que es lo que dicen ofrecer X-Cell, podría ser una realidad legal en el futuro, pero no en el presente, como señala la Agencia Española del Medicamento, la cual vigila a dicha empresa pero, al no tener sede en España, difícilmente se puede ir más allá.
Quien sí lo ha hecho, ha sido la Comunidad de Madrid quien, con buen criterio, suspendió la presentación en dicha Comunidad de X-Cell, empresa que cobraba un mínimo de 7000 euros por ciertos tratamientos que, como he señalado, están prohibidos en nuestro país.
Y mientras tanto, prometedores ensayos clínicos con células madre siguen su curso legal dentro y fuera de nuestras fronteras. Como debe ser…
JAL. CBMSO