Bodega: Cavas Vilarnau
DO: Penedès
Variedad: 100% Xarel.lo
Graduación: 12%
Precio: alrededor de 10 euros
Hace siglos, en el Penedès, sólo existían barricas de castaño del Montseny, una madera de poro abierto que acelera la crianza y aporta complejidad y frescura. Ahora, Cavas Vilarnau recupera la tradición de los ancestros en este vino, aunque no son los únicos, podéis leer más aquí. Cavas Vilarnau tiene una larga historia, pues la familia Vilarnau está establecida en el Penedès desde el siglo XII. No muy lejos de la actual finca, se encuentran todavía algunos restos de este primer asentamiento. Dedicados a la elaboración de cava desde el año 1949, en 1982 la bodega a ser propiedad del grupo González Byass. La finca de la que seleccionan la uva, de unas 20 hectáreas, tiene unas magníficas vistas a la montaña de Montserrat, que a su vez protege a las viñas de los vientos fríos del norte. Hacia el sur, el viñedo está flanqueado por la Serralada Litoral, y hacia el este, recibe la influencia del Mar Mediterráneo, situado apenas a 30 km de distancia. Los suelos son de origen aluvial, formados por estratos de limos y arcillas. Unas condiciones privilegiadas para cultivar la vid. En Vilarnau, se recoge la uva de forma manual, y trabajan bajo la agricultura integrada, usando al máximo los recursos y mecanismos de regulación naturales, y buscando un equilibrio entre el medio ambiente y la rentabilidad. Utilizan los sarmientos como fertilizante, no utilizan herbicidas y fomentan la utilización del corcho natural. El xarel.lo de este vino se vendimia de noche, se enfría y se prensa dejando el mosto macerando con las pieles durante unas 3 horas. Tras desfangarlo, se le inoculan las levaduras y, al empezar la fermentación, se trasiega a barricas de castaño nuevas. Ahí permanece un par de meses, ganando complejidad y un toque ligeramente balsámico. El resultado, un xarel.lo con mucha personalidad, aromas tropicales, ligeros toques de infusión, manzanilla, crema inglesa. En la boca es cremoso y untuoso, con cuerpo, pero a la vez mantiene su frescor. Un blanco profundo que va bien con pescados, pero también con una buena sopa, una carne blanca o un foie micuit. Nosotros lo tomamos una noche de infausto recuerdo, en un restaurante donde todo lo que pudo ir mal lo fue, y donde, a pesar de todo, se salvó el vino, lo que aún tiene más mérito. Salvando las distancias, nos recuerda un tanto al Xarel.lo Pairal de Can Ráfols dels Caus, que tanto nos gusta. Muy buena relación calidad-precio !!