Revista Comunicación

XXIV Ciclo de Lied en el Teatro de la Zarzuela

Publicado el 07 febrero 2018 por Universo De A @UniversodeA

El placer del redescubrimiento de lo sencillo

XXIV Ciclo de Lied en el Teatro de la Zarzuela

Sinopsis y ficha técnica

Diferente en cada actuación

Comentario previo

Hace una eternidad de tiempo (tanto que pensarlo me asusta), comencé a descubrir el género del lieder en este mismo teatro… y reconozco que mis primeras impresiones no fueron positivas, así que lo aparté durante bastante tiempo de mi vida.

Años después, habiendo acumulado un mayor bagaje musical, conseguí apreciarlo como se merece.

Por eso, cuando por fin, a pesar de que mis primeras malas impresiones respecto al género se dieron aquí mismo, decidí que era el momento de enfrentarme a mis fantasmas y superar el pasado… y no podría haber elegido mejor forma de hacerlo, acerté de pleno: el lied ha vuelto a mi vida para quedarse (o al menos yo tengo la voluntad para ello, que se den las circunstancias favorables, es otro cantar).

Y a todo esto, y saliéndose totalmente de tema, ¿cuándo volverá el maravilloso cine mudo al Teatro de la zarzuela?… sin duda ha sido una de las mayores pérdidas que hemos sufrido con el nuevo director.

Crítica

Intentaré, en lo posible, acudir a más de un concierto de este maravilloso ciclo, pues al primero al que he acudido me ha entusiasmado.

Así pues, reseñaré todas las funciones a las que vaya en este mismo artículo, que al estilo de otros recopilatorios (como los que se pueden encontrar en las secciones de Turismo y Televisión) se irá ampliando continuamente, complementándose con nueva información hasta el fin del ciclo (o eso espero).

En cualquier caso, de momento reseño lo que ya he visto, que es:

-Recital III:

Antes de comenzar, ruego que se me permita un comentario personal: resulta increíble el poder del arte, al menos en mi persona: cuando salí de casa para ir al concierto, me había enfrentado justo antes a una situación dramática… y, mientras estuve en la sala, degustando hasta la última nota, supe que estaba exactamente dónde debía estar, y ello me hizo sumamente feliz. El poder sanador de la música me recordó que el arte siempre estará ahí como apoyo y consuelo, y que, al final, eso es lo importante… sé que no todo el mundo es capaz de entender o conseguir algo como esto, pero para los pocos que lo alcanzan… no nos podemos ni imaginar lo privilegiados que somos: hemos sido admitidos en un paraíso que nadie nos podrá quitar, formamos parte de una aristocracia única cuyas prebendas son espectaculares… es maravilloso.

Antes de comenzar la crítica no quiero dejar de alabar el maravilloso programa de mano, lleno de información interesantísima y que yo agradecí mucho, ¡y menos mal!, ¡parecía que tales objetos habían desaparecido definitivamente de este teatro!.

Y ahora hablemos del recital, antes de empezar, lo que estaba en boca de todos era exactamente lo mismo: “¿tú conoces alguno de los compositores?”, no era para menos, autores no muy conocidos para el gran público que, para más inri habían desarrollado su carrera hacia el final del XIX e incluso en el siglo XX, no aportaba grandes perspectivas… y desde luego no era el esperable concierto plagado de lieder del romanticismo.

Tales miedos, que le ponían a más de uno la cara de “Dios mío, ¿dónde me he metido?”, en parte compartidos por mí, pronto desaparecieron según los intérpretes comenzaron a hacer música.

Y debo decir que la selección que se ha hecho para este recital ha sido absolutamente exquisita, variada y de gran belleza melódica; se disfruta hasta la última nota y te mantienes, emocionado, pegado a la butaca esperando oír más continuamente.

Respecto a los intérpretes:

-Piotr Beczala: posee una voz bella, melodiosa, muy bien educada y entrenada, aunque no extraordinaria. Es muy lógico que guste y que sea muy agradable oírlo, pues es innegable lo bien que canta, pero de ahí a decir que aporta algo más, eso sería mucho decir. Tampoco era necesario, yo al menos no vine por él sino por la música en sí misma, y a él no se le puede negar que cumplió muy sobresalientemente y que un altísimo porcentaje del triunfo del concierto se le debe absolutamente.

-Helmut Deutsch: eficaz y discreto al piano, virtudes que no le permiten sobresalir, pero sí cumplir su función.

Como detalles menores, decir que hubo varios fallos técnicos graves en el concierto: así, el programa de mano, a partir de la segunda parte no estaba bien, pues se varió el orden en el que se interpretó, con lo cual no siempre era fácil seguir el recital; lo cual empeoró el desastre absoluto e imperdonable que se produjo con los subtítulos, pues ello nos dejó al menos la mitad de la segunda parte sin información alguna sobre aquello que se interpretaba. En definitiva, horrible.

Concluyendo: para mí este recital fue una experiencia absolutamente sublime y encantadora que espero repetir dentro de no mucho… y toda una oportunidad para descubrir algún que otro nuevo horizonte musical (realmente, en ese aspecto, el Teatro de la zarzuela está cumpliendo brillantemente con su función como institución pública).

XXIV Ciclo de Lied en el Teatro de la Zarzuela


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