Revista Opinión

¿Y a mí quién me rescata?

Publicado el 01 febrero 2014 por Benjamín Recacha García @brecacha

Farmacos

Los medicamentos no curan. Son de gran ayuda para paliar síntomas, pero si no somos capaces de resolver la causa del problema no podremos controlar la enfermedad.

Es cada día más común y preocupante el porcentaje de personas que utilizan fármacos para dormir. No es ningún capricho el que los fármacos de tipo hipnótico necesiten de receta médica para ser adquiridos, aunque cada día hay menos rigor en su venta. Este tipo de medicamentos necesitan de un control de consumo porque son peligrosos. Es muy frecuente el abuso de este tipo de fármacos que nos ayudan a conciliar el sueño. La mayoría de las veces el trastorno del sueño se inicia por “una simple (o no tan simple) preocupación de la vida cotidiana” pero no debemos “engancharnos” a medicamentos para dormir, debemos preocuparnos en resolver la causa o motivo del insomnio.

El siguiente post es un resumen (sin profundizar en la parte científica) de los tipos de fármacos que se utilizan y sus efectos adversos y complicaciones.

El hipnótico ideal es un fármaco que deberá inducir el sueño de forma rápida y predecible, mantener un periodo de sueño de 7-8 horas, evitando despertares frecuentes, es necesario que preserve la arquitectura del sueño (fases NREM y REM). No debe producir efectos adversos y su eficacia no debe disminuir si se administra de forma prolongada.

En las situaciones clínicas en las que esté indicado administrar un hipnótico, el tratamiento se complementará con una buena “higiene” del sueño y con terapias conductuales.

Tipos de hipnóticos:

  • Hipnóticos barbitúricos
  • Hipnóticos benzodiacepínicos
  • Hipnóticos no barbitúricos no benzodiacepínicos

 

Hipnóticos barbitúricos

Se han abandonado para el tratamiento del insomnio debido a sus numerosos efectos adversos.

ía que todavía hay esperanza para la humanidad. Hace un rato he leído un artículo en el que aparece un listado de diez comportamientos que nos hacen felices. Entre ellos se encuentra el regalar algo a otras personas y el ayudar de forma desinteresada. Estudios científicos demostrarían que la solidaridad y la generosidad aportan más satisfacción que la acaparación de riqueza, pero no es ése el mensaje que conviene que cale.

Afortunadamente, en España disfrutamos de ricos muy solidarios. Así lo piensa uno de los peces gordos del PP, Carlos Floriano, quien recientemente dio las gracias públicamente a todos los españoles por su esfuerzo, “especialmente de los que más tienen”, que nos está permitiendo salir de la crisis. En su partido conocen de primera mano varios casos de esforzados ricos. Como el marido de la secretaria general, María Dolores de Cospedal, un esforzado empresario que (presuntamente) habría estado cobrando “por no hacer nada” 7.000 eurillos mensuales sin declarar durante año y medio de una entidad bancaria rescatada con dinero público. Una gota más en el inmenso océano de podredumbre untada en billetes de todos los importes y colores que es el partido que gobierna este país enfermo, que reclama a gritos un tratamiento de choque a base de democracia.

En España cada vez hay más ricos. La crisis ha servido (está sirviendo) para que los que más tienen ganen más. Sólo hace falta darse una vuelta por las noticias económicas: los beneficios de entidades financieras y grandes empresas suben como la espuma y la Bolsa vive días felices. Se acabaron las penurias… para los privilegiados.

Oxfam Intermón advertía recientemente que entre las veinte personas más ricas acaparan 77.000 millones de euros, la misma cantidad que el 20% de la población más pobre. Lo que ocurre en España no es más que el reflejo del mundo en el que vivimos. A nivel global, las 85 personas más adineradas disponen de tanto patrimonio como la mitad más pobre de la población mundial, y la mitad de la renta mundial está en manos del 1% más rico. Un absoluto despropósito.

Esta desigualdad creciente tiene como consecuencia inmediata que cada vez más gente pase a engrosar la lista de quienes viven en riesgo de pobreza: en 1,8 millones de hogares españoles todos sus miembros están en paro. Así, no es extraño, aunque sí alarmante y vergonzoso, que más de 2,8 millones de niños y niñas se encuentren en riesgo de pobreza y exclusión social… mientras desde el gobierno se lanzan obscenos mensajes de optimismo y autobombo por las medidas que nos están “sacando” de la crisis.

Save the Children ha puesto en marcha una campaña para hacer visible esa terrible realidad que desde las instancias oficiales pretenden ocultar: la “salida” de la crisis se está llevando a cabo a costa de los más débiles, por mucho que el señor Floriano se empeñe en agradecer el esfuerzo a las manos que le dan de comer. Bajo el lema #yamiquienmerescata ha hecho público el informe ‘2.826.549 razones. La protección de la infancia frente a la pobreza: un derecho, una obligación y una inversión’, donde analiza de forma exhaustiva la cruda realidad de esos cerca de tres millones de niños abandonados a su suerte por la administración, y que, no lo olvidemos, el día de mañana serán adultos. Otra generación perdida, sacrificada por los poderes públicos para “salvar” el país.

Además de alertar sobre la creciente pobreza infantil, Save the Children ha decidido crear un fondo de rescate a la infancia. En www.yamiquienmerescata.es la ONG ha colgado 2.826.549 dibujos de niños. Podemos elegir cualquiera de ellos y haciendo una aportación solidaria vía sms (1,20 euros) conseguimos eliminarlo de la página y nos lo envían por email. De esta manera se simboliza el rescate de cada uno de los niños y niñas representados en los dibujos. Yo he “rescatado” a María Ángeles.

A ver cuándo nos da por rescatar el sucedáneo de democracia que se empeñan en que creamos que es la única posible.

 

 

Hipnóticos benzodiacepínicosTiempo

Inducen tras su administración una disminución de la latencia para el comienzo del sueño, disminuyen el número de despertares.

Con algunos fármacos desaparecen por completo las fases 3 y 4 del sueño NREM (ondas lentas). En todos los fármacos de este tipo se produce un aumento de la fase 2 del sueño NREM, por esta razón el sueño REM aparece de forma más tardía aunque su estructura no sufre modificaciones.

 

Insomnio transitorio.

No debe prolongarse el uso de fármacos más de 3 días

 

Insomnio de corta duración

Al hipnótico se debe asociar un buena “higiene” del sueño.

No se debe prolongar el tratamiento por más de 3 semanas.

 

Insomnio crónico o de larga duración 

Se debe de realizar una valoración médico-psiquiátrica, y debe de ser tratada la causa del trastorno y asociar un hipnótico. Cuando no hay una causa médico-psiquiátrica que justifique el trastorno del sueño se deben de tomar medidas de “higiene” del sueño y terapias psicológico-conductuales, asociando un hipnótico por un periodo no mayor de 3-4 meses.

 

Efectos adversos

Con el uso de este tipo de hipnóticos (benzodiacepínicos) pueden aparecer los siguientes síntomas:

Somnolencia

Somnolencia y sedación. Ataxia (descoordinación de movimientos).  Disartria (trastorno del habla). Diplopía (visión doble). Vértigo. Mareo. Pérdida de la memoria reciente. Reacciones de hostilidad. Depresión.

 

Reacciones paradójicas

No se puede predecir en que personas pueden aparecer y en cuales no.

Hiperexcitabilidad. Ansiedad. Agitación. Confusión. Amnesia anterógrada (a partir de la ingesta). Alteraciones afectivas (pánico, depresión). Problemas de conducta (incluida la agresión). Sonambulismo.

 

Contraindicaciones

No deben utilizar este tipo de fármacos:

Si se padecen apneas del sueño. Alcoholismo. Durante el embarazo (especialmente el primer trimestre)

Deben de usarse con precaución en:Ancianos. Enfermedades respiratorias. Depresión. Tren

Personas con trabajos de riesgo, debido a la posibilidad de somnolencia diurna (conductores de automóviles, autobuses, tren; pilotos; operadores de máquinas peligrosas, etc.)

Tolerancia

Se requieren cada vez más dosis de fármacos hipnóticos para conseguir el mimo efecto.

Es variable, dependiendo del tipo de hipnótico. En la mayoría aparece tolerancia tras 1-2 meses de utilización.

 

Rebote del insomnio.

La supresión brusca del fármaco puede producir que reaparezca el insomnio.

Para evitar el efecto rebote se debe disminuir la dosis progresivamente hasta la eliminación.

 

Abstinencia.

Se produce por abuso de fármacos o por utilización de dosis inapropiadas.

Abstinencia

 

Síntomas: trastornos del sueño. Ansiedad. Euforia. Irritabilidad. Dolores musculares. Temblor. Cefalea. Náuseas. Pérdida de apetito. Adelgazamiento. Sudoración y visión borrosa. Hipersensibilidad a los ruidos, luz, olores. Despersonalización. Psicosis. Convulsiones.

 

Hipnóticos no barbitúricos no benzodiacepínicos

Son poco utilizados porque provocan numerosos efectos adversos.

Se utilizan en casos muy específicos como el “delirium tremens” en los alcohólicos, en la agitación y confusión en los ancianos,….

 

Los fármacos (no sólo los hipnóticos) pueden ser de gran utilidad, pero no debemos de abusar de su utilización, debemos de reservarlos para los momentos específicos en que sea necesario su uso.

 

C.Valiño


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