Llegamos a los dos años de edad y seguimos con un diagnóstico de Alergia a la Proteína de la Leche de Vaca (APLV). ¿Y ahora qué?
Es una fecha clave (al menos para los españoles) porque es cuando el sistema sanitario español deja de subvencionar la leche hidrolizada apta para alérgicos a la leche. El coste de un bote de leche viene a estar en torno a los 35 euros, lo que supone un desembolso importante para una familia media. Además, a sumar al importe monetario del resto de alimentación especial para el niño.
Pero la pregunta que se hacen los padres es: ¿Y ahora qué tipo de "leche" le doy? ¿Con qué sustituir la eliminación de la leche de su dieta?
El discurso oficial (mediante el cual acaba la subvención) es que a partir de los 2 años, en teoría, se considera que los aportes lácteos no son imprescindibles ya que la dieta del niño puede complementarse con muchos otros alimentos ricos en calcio.
Debido a nuestras costumbres dietéticas (uso continuado de lácteos), para dar un producto similar a la leche, muchos alergólogos aconsejan entonces a los padres de niños mayores de 2 años ofrecer sucedáneos de leche comercializados en forma de batidos: de soja, de avena, de almendra.
Es cierto que hay dietas, como la de la población asiática o africana, donde no se consumen lácteos. De hecho, somos el único mamífero que consume leche a lo largo de toda su vida. Pero al menos en nuestra cultura es complicado prescindir de la leche o sucedáneos de imitación de la leche.
Investigué sobre alimentos ricos en calcio, pero me es complicado dárselos a mi hijo de forma cotidiana pese a que me esfuerzo. Tengo siempre la impresión de que no toma suficiente calcio.
Ya conoceis mi opinión sobre la soja, en concreto sobre el uso continuado y abusivo de ella (no hay que confundirse con un consumo puntual, como yogures de vez en cuando).
En cuanto al batido de almendra, a pesar de ser la almendra muy rica en calcio, es un fruto seco y, como tal, potencialmente alérgeno. No conviene ofrecérselo a un niño con antecedentes de alergia alimentaria.
En relación al batido de avena o de arroz (enriquecido con calcio) recurro a él para cocinar o para preparar un tazón de cereales como imitación de leche, sin embargo, no posee para mí los nutrientes necesarios.
Dicho lo cual, a día de hoy, soy incapaz de prescindir del hidrolizado de farmacia, pese a su alto coste y mal sabor, como alimento básico para la dieta de mi hijo. Sé que hay niños de 4 años que lo toman. A lo mejor soy exagerada pero las demás alternativas no me convencen lo suficiente.
Foto | LeoggFuente | SGAIC