Revista Religión
I
Tengo “guardá” las medallas
de muchos años “vivios”,
y en todas ellas perduran
el barro como testigo
al fundirse en ella el agua,
con el polvo del camino.
Y dentro del corazón
llevo de toda la vida,
y guardaré mientras viva,
Altar a mi devoción
que es mi Pastora Divina.
II
Tengo los primeros botos
que rompí por el camino,
y en cada uno perdura,
el cansancio de testigo
en los tacones “gastaos”
por su tanto recorrido.
Y dentro del corazón
llevo de toda la vida,
y guardaré mientras viva,
Altar a mi devoción
que es mi Pastora Divina.
III
Tengo “guardao” los caireles
del primer traje de niño,
y en su sonido perdura,
ese recuerdo imborrable
de ese mi primer camino,
de la mano de mis padres.
Y dentro del corazón
llevo de toda la vida,
y guardaré mientras viva,
Altar a mi devoción
que es mi Pastora Divina.
IV
Tengo “guardá” mi guitarra
como quien guarda un tesoro,
porque en sus notas perdura
y cuando suena lo añora,
que tocó por vez primera
pá la Divina Pastora.
Y dentro del corazón
llevo de toda la vida,
y guardaré mientras viva,
Altar a mi devoción
que es mi Pastora Divina.
Antonio Portillo Daza.