¿Y el prototipo? ¿Cómo ha de ser?
En una de mis clases con emprendedores uno de los alumnos me pidió consejos para abaratar el precio del prototipo. Estaban diseñando un aparato para la limpieza de la casa y querían saber sobre todo cómo reducir costes a la hora de construirlo y estudiar sus posibilidades. La verdad es que el tema del prototipado se está convirtiendo, si no lo ha hecho ya, en un must que se ha de tener al menos en cuenta en todo proceso de reflexión empresarial.
Los cambios en los modelos de gestión están favoreciendo la aparición de metodologías en las que el lema “aprender haciendo”, ocupa un lugar predominante. La utilización de modelos sobre los que trabajar se está potenciando en este tipo de estrategias dando lugar a una gran variedad de posibilidades.
Sin embargo hay algunas cosas que conviene tener claro a la hora de hablar y reflexionar sobre los prototipos.
Algunas aclaraciones
Hay muchos tipos de prototipos, tanto como plataformas se pueden utilizar. Un prototipo puede ser un video, o una descripción más o menos pormenorizada, o puede ser una sesión de Serious Play. Incluso un prototipo físico no tiene por qué estar construido con materiales especialmente rebuscados, puede ser perfectamente cartón o madera. La clave de la elección de los materiales y los soportes está en qué queremos analizar. Como veremos ahora un prototipo sirve para analizar muchas cosas y muchos elementos dentro del producto o servicio que estamos estudiando.
Un prototipo no es un Producto Mínimo Viable (PMV). Aunque lo puede ser. Un PMV es un producto que está en condiciones de ser lanzado al mercado pero que se sabe que no es el producto final, sino que en estado de beta busca el feedback de los usuarios para mejorarlo. Se puede decir que en cierto modo es un prototipo, pero no todos los prototipos son susceptibles de ser lanzados al mercado.
No es un problema de costes, es un problema del tipo de información buscada. A la hora de elegir el tipo de prototipo que creamos, o más concretamente, la plataforma o herramienta que vamos a utilizar para crearlo, lo primero que tenemos que tener claro es qué información queremos analizar. No es lo mismo estudiar la dureza o resistencia de un aparato que su contexto de uso. Necesita distintos tipos y fuentes de información.
¿Qué debemos/podemos estudiar de un producto/servicio?

Dicho esto es interesante ver qué distintas dimensiones de un producto o servicio debemos estudiar y tener claras durante nuestro proceso de análisis y prototipado, esto nos va a dar muchas claves para decidir qué tipo de prototipo queremos y podemos crear.
Sin ánimo de ser exhaustivo, un producto o servicio tiene en torno a él una serie de actores y elementos que convienen tener presentes por la interacción que pueden generar unos con otros. Es lo que se podría llamar el universo del producto. Podemos identificar, por ejemplo, al cliente (el que compra), al usuario (el que usa), al intermediario y al entorno.
Por supuesto hemos de tener en cuenta que el producto o servicio en sí mismos también requieren de un análisis individual y hemos de tener en cuenta aspectos como:
1.-Durabilidad, ¿es lo suficientemente resistente? ¿Cómo le afectan determinados impactos? ¿Es un servicio con efectos durables o que se agotan con la relación?…
2.-Lógica, ¿es un producto lógicamente racional? ¿Tiene sentido su existencia? ¿De qué me sirve, por ejemplo, crear un producto o servicio que no tiene mercado?
3.-Necesidad, ¿de verdad responde a una necesidad del mercado? ¿Es una petición de algún segmento poblacional?
4.-…
Clientes

Cuando nos centramos en el cliente sería interesante analizar:
1.-El entorno personal. ¿Cómo afecta el producto o servicio al entorno personal? Por ejemplo, supongamos que estamos analizando un nuevo electrodoméstico, ¿permite el uso compartido de los miembros de la familia? ¿Hace el mismo trabajo en menos tiempo permitiendo liberar tiempo para otras cosas? ¿Afecta en alguna medida el comportamiento en la casa (necesidad de espacio, facilita la reunión de la familia…)?
2.-El entorno profesional. Es necesario también ver en qué medida puede afectar profesionalmente el producto o servicio. Se trata de ver si el uso del producto o el desarrollo del servicio incide de alguna forma en mejorar nuestra productividad o debilitarla, en ver en qué medida puede ser interesante para interactuar con compañeros de trabajo y si tiene elementos que el entorno profesional puede potenciar o minimizar.
3.- El entorno social. Del mismo modo es conveniente ver cómo nos afecta en nuestro entorno social.
Por supuesto, puede haber productos o servicios en los que algún tipo de estas interacciones sea irrelevante, pero es conveniente preguntarse si afecta de algún modo, y para ello puede ser interesante escenificar el uso del producto y grabarlo en video, que será el prototipo en este caso. Sea como fuera hay otros elementos que son interesantes conocer en torno al producto:
a.-Uso. ¿Es fácil o difícil de usar? ¿Requiere algún elemento externo?
b.-Aceptación. ¿Puede tener algún problema de implantación en el mercado por temas de costumbre, tradición, usos sociales…?
c.-Integración. ¿Se integra fácilmente en los entornos antes mencionados? ¿Tiene algún elemento físico o de uso que impide esa integración fundamentalmente técnica?
d.-Acceso. ¿Tenemos fácil acceso al producto o servicio? ¿Podemos llegar a sus puntos de venta y gestión de una manera más o menos sencilla?
e.-Recompensa. ¿Qué tipo de recompensa nos va a ofrecer el producto o servicio? ¿Será una recompensa inmediata o diferida? ¿Será simple o tiene recompensas de segundo nivel? ¿Son físicas o intelectuales?…
f.-Sustitución. ¿Hasta qué punto es fácil la sustitución o el añadido de complementos y servicios al producto o servicio?
Intermediarios

También es conveniente realizar un análisis desde la perspectiva del intermediario. Y en este caso tendremos en cuenta:
1.-¿Cómo afecta a su relación con los proveedores? ¿Requiere de otros para ofrecer el servicio completo? ¿Son necesarios algún tipo de proveedores especiales o alguno en concreto?
2.-¿En qué medida define el producto o servicio el tipo de relación que va a tener con sus segmentos objetivos? ¿Obliga a algún tipo de comportamiento al proveedor o al cliente el producto o servicio?
3.-¿Cómo determina el tipo de comercialización que se ha de hacer del producto o servicio? ¿Es necesario algún tipo de canal concreto o situarlo en un lugar determinado en la tienda? ¿Obliga a algún tipo de entrega e impide otras? ¿Hay algún elemento que condicione la reposición de unidades o la repetición del servicio?
Del mismo modo hay también una serie de conceptos sobre los que tenemos que incidir a la hora del análisis:
a.-Beneficio. ¿Por dónde viene? ¿Es sólo monetario? ¿Es también de prestigio?
b.-Coste. ¿Dónde están los costes más importantes? ¿Cómo influye el almacenamiento en el coste?
c.-Sustitutivos. ¿Qué artículos o servicios hay sustitutivos? ¿En qué medida y en qué aspectos son preferibles a los nuestros? ¿Dónde somos nosotros mejores?
d.-Gestión. ¿Qué tipo de gestión o manipulación necesitan? ¿Qué gastos e implicaciones tiene esa gestión?
Usuarios

En cuanto a los usuarios recordemos que la distinción entre usuarios y clientes es que estos últimos son los que compran el producto o servicio, mientras que los rimeros son los que lo utilizan. Por supuesto en ocasiones coinciden ambas personalidades pero no siempre ha de ser así. Un hotel familiar tiene unos clientes que son los padres, pero dentro de los usuarios hay que añadir a los hijos que son tan importantes como los padres a la hora de decidir la compra. En este sentido, haciendo un análisis exclusivo del usuario deberíamos tener en cuenta:
1.-El uso que hacen del producto o servicio. Y en este caso hemos de poner el foco tanto en el tipo de uso (intensivo, ocasional, de trabajo, de ocio…) como en el entorno de uso que hacen (familiar, social, en casa propia, en el trabajo…)
2.-El tipo de usuario típico de nuestro producto o servicio, teniendo en cuenta tanto aspectos como la edad, el sexo, la condición social…
3.-La interacción con el cliente, es decir, qué tipo de relación y contacto tiene con el cliente. No es lo mismo si estamos hablando de un regalo de un marido a su mujer o de un aparato que compran los padres para el hogar.
Entorno

Por último, es interesante analizar el entorno en el que vamos a usar y comprar el producto o servicio. Resulta necesario saber en qué medida puede influir ese entorno para el completo desarrollo de los beneficios del producto o servicio y para tratar de minimizar los posibles inconvenientes y potenciar las ayudas que podamos encontrar y nos permitan sacar todo el valor para los clientes y usuarios. Así tendremos en cuenta:
1.-El entorno familiar.
2.-El entorno psicológico, es decir, una especie de estado anímico e incluso intelectual no sólo propio que determine el disfrute del producto o servicio.
3.-El entorno físico.
4.-El entorno social.
Y del mismo modo vamos a tener en cuenta una serie de puntos como son:
a.-El impacto que pueda tener el producto o servicio en el entorno.
b.-La eliminación del producto o servicio, si es traumática o complicada o no.
c.-Las barreras que podamos encontrar tanto físicas como psicológicas o intelectuales. Es interesante tenerlas bien identificadas.
d.-La facilidad de uso, pero relacionándolo con el entorno
Conclusiones
En definitiva, se trata de tener muy claro qué es lo que queremos analizar, qué elementos y facetas del producto o servicio queremos estudiar y a partir de ahí crear un prototipo adecuado, que como digo puede ser un video, un dibujo, un gráfico, un objeto, una web o cualquier cosa que nos permita sacar a flote la información que buscamos. Los prototipos no tienen por qué ser caros, lo que han de ser es útiles, y para eso hemos de tener muy clara su finalidad, nuestro presupuesto y nuestra capacidad de crear en determinadas plataformas y con determinadas herramientas.
Prototyping from Sjors Timmer
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