Revista Cine
Hace ya prácticamente cuatro años que nos detuvimos unos minutos a contemplar y comentar uno de los primeros cortometrajes dirigidos por el madrileño Iván Sainz-Pardo en su estancia en Alemania que fue bastante fructífera, de modo que ya iba siendo hora, después de tanto tiempo, de volver la vista hacia otro de sus trabajos, una extraña historia que se centra en la complejidad de la mente humana.
El mundo onírico siempre resulta inquietante y estimulante porque desde tiempos inmemoriales la interpretación de los sueños ha sido frontera de la razón y espacio en el que la libertad individual se muestra indómita: los sueños, sueños son, aunque no lo parezca, y en el mundo de los sueños el soñador es el rey.
En el cortometraje de Sainz-Pardo, la reina es la niña soñadora, la que con su mente crea El laberinto de Simone.
Véanlo, y si acaso, luego lo comentamos....