Hace unos meses conté aquí la historia de Lola, una niña de nuestro pueblo de dos años que nació sin su mano izquierda sin que nadie lo hubiera advertido antes. Sus padres organizaron una carrera solidaria para recaudar fondos y darle a su hija una prótesis mejor, una mano mioeléctrica (con movimiento y que puede hacer el efecto pinza) que cuesta cerca de 20.000 euros. Gracias a la valentía de sus padres, por fin Lola tendrá sus dos manos a finales de septiembre.
La carrera, que se celebró este domingo, se convirtió en una fiesta popular donde nadie quiso faltar, una fiesta con dantzaris, gigantes, puestos de ropa de segunda mano, sorteo, exhibiciones, talleres para niños, hinchables y una barra de bar. Fue un éxito rotundo porque el pueblo entero se volcó. Gracias a las empresas y comercios cercanos, pero sobre todo, a los vecinos que corrieron, compraron camisetas y boletos y trabajaron como voluntarios durante todo el día, sus padres han conseguido el dinero que necesitaban.
Lola ha vivido con una prótesis desde los siete meses, que han tenido que cambiar cada seis porque un bebé crece muy deprisa. Pero necesitaba una prótesis mejor. Aunque está subvencionada, los padres tenían que adelantar el dinero que no sabían cómo conseguir. Su madre lo cuenta aquí (unamanoparalola.com), esta mano es sólo un primer paso a la prótesis que necesitará de adulta, la llamada Michelángelo, una mano biónica que no está subvencionada y que cuesta 50.000 euros. Por eso, cuando reciban el dinero de la subvención lo emplearán para adelantar el pago de la siguiente prótesis, hasta llegar a la última.
Pero como dice su madre, quién sabe qué adelantos haya en un futuro. Lo importante es que Lola ya tiene dos manos para pelear por los juguetes que quiera en la guardería.
Una imagen de los talleres de manualidades y, al fondo, la exhibición de dantzaris txikis y gigantes.
Descubriendo por primera vez la pintura de dedos en uno de los talleres.
Los peques, jugando con las bolitas de sopa a las cocinitas.