Y resulta que ahora llega Dios in person

Y resulta que ahora llega Dios in person, en horario de máxima audiencia y le dice al mundo: ¿qué pasa chavales?. Os he dejado tropecientos siglos a vuestra bola,  para ver que sacabais en claro y viendo que la jodeis por enésima, he llegado al límite de mi paciencia.

Los creyentes, al unísono, entonarán cánticos y alabanzas al Omnipotente, se postrarán y verán con claridad que ser un buen creyente, ahora sí, merece cualquier esfuerzo. La iluminación será casi instantánea. De repente, comenzarán a ayudar a sus congéneres “desinteresadamente”, nada de limosnas, repartiendo cuanto poseen, alojando en sus casas a los sintecho, queriéndolos como a sus propios hijos. Los ateos, agnósticos y creyentes de otras religiones, se postrarán a sus pies y dirán ¿cómo hemos estado tan ciegos?. Dirán que han sido embaucados, que no sabían lo que hacían, pero por fin han visto la luz. Pedirán perdón por sus ofensas, acudirán en masa a los templos, bendecirán, se humillarán y darán gracias. En esto Dios, conmovido dirá, ¡tranquilos majetes!, si yo estaba de paso, pero ahora que veo que habéis cogido el mensaje, os dejo otros 2000 años a ver como os lo montáis y tal.

Al poco, algunos pensarán que 2000 años con el chalet lleno de ocupas puede ser un engorro. Otros llegarán a la conclusión de que para esperar dos milenios se necesitará bastante cash y tal como está la bolsa, habrá que ponerse manos a la obra. Los ateos y demás, después de semejante ridículo y algo desorientados, pensarán ¿pero bueno y se va sin más?.

Solo unos pocos, los de siempre, dirán ¿ya te vas pringao?, te has perdido la blasfemia más directa de la historia.

EL PERRO.