Un cambio drástico en la vida de los hombres es alterar el pasado conocido. A ese subgénero le llamamos ucronía. La ucronía responde a la pregunta de ¿qué hubiera pasado si...? Alterando un hecho del pasado, se construye un nuevo contexto alternativo que especula con los cambios sufridos. Ese hecho del pasado recibe el nombre de "punto de divergencia". Normalmente, en la ciencia ficción ortodoxa, los puntos de divergencia suelen ser perfectamente identificables y manejables. Es recurrente la idea de matar a Hitler, por ejemplo, y ver, partiendo de los datos conocidos y usando a personajes reales, cómo cambiaría el mundo y la gente que vive en él. O su alternativa, que los nazis hubieran ganado.
Hay quien dice que El sonido del trueno es una ucronía. Yo lo niego. En ese cuento, matar a una mariposa en el pasado remoto, produce "ondas temporales" que destruyen el presente. Eso no es una ucronía porque la vida de la gente no se ve alterada en función del punto de divergencia, sino debido a ondas temporales que barren el presente como un tsunami. Insisto también en que la ucronía no debe alterar los anhelos y las capacidades de personas reales. Philip Roth, en La conjura contra América, construye una ucronía clásica: Lindberg gana las elecciones y los americanos judíos deben soportar un antisemitismo en ascenso. La novela está trufada de personajes históricos cuya biografía se puede consultar en los apéndices.
En las ucronías que afectan a España, destacan aquellas que hablan del triunfo de la Felicísima Armada en Inglaterra. Novelas espolvoreadas de Leyenda Negra, que especulan con un mundo más católico pero más atrasado. Es el caso de Pavana, que a mediados del siglo XX, describe grandes locomotoras a vapor como cénit tecnológico. Esta ucronía identifica el ascenso del catolicismo con el impedimento a que gente real no hiciera lo que hubo hecho. Otro tema ucrónico españoi es el que trata de la derrota de Franco en la guerra civil. Estos cuentos especulan con una República Española donde reina la paz y la alegría nada más acabar la guerra, cosa que choca con la represión conocida y la influencia determinante de Stalin.
Por eso insisto en que para que una ucronía sea buena, debe conocer muy bien el contexto del punto de divergencia y no alterar el comportamiento de personajes históricos. Una novela que clava esto es The Iron Dream, esta obra consta de dos partes: la primera es un cuento escrito por un autor pulp llamado Adolf Hitler que habla de una raza superior, etc; y la segunda es una crítica a este cuento que nos pone en contexto: el tal Hitler llegó a EEUU en 1919 y se puso a trabajar en pulps baratos de ciencia ficción. Es decir, no altera en lo sustancial el comportamiento de las personas y a partir de ahí especula -dentro de esa "crítica"- con las posibilidades de un mundo donde nunca ascendió el partido nazi.
Dicho todo esto, cualquier ucronía pretenciosa que altere de forma sustancial el comportamiento, inquietudes, neuras y anhelos de los personajes históricos, carecerá de valor. Será propaganda o un mal argumento para defender una tesis, pero no una ucronía que nos haga indagar en la importancia de los hechos históricos reales. Cuando César Vidal especula con los acontecimientos derivados del triunfo de la Reforma en España, no le da importancia al arraigo de las tradiciones hispanas, ni nos habla de las motivaciones de otros países. Tan solo traslada "lo bueno" del imperio británico y lo pega con chapapote sobre el imperio español. Claro, uno se pregunta qué ocurriría con las guerras de religión continentales. O qué pasaría con los indios del Nuevo Mundo. O de qué forma se hubiera producido la respuesta contra Napoleón. Yo qué sé. El locutor cuenta lo que le interesa para sostener su argumentación previa de la serie "Somos pobres porque el Papa nos ha comido la cabeza".
No es mi intención rebatir de forma categórica punto por punto cada idea loca, tan solo comentaré por encima, con animus iocandi, algún highlight.
- La desamortización de los bienes eclesiásticos se habría producido antes y habría ayudado a una revolución industrial temprana. Es cierto que donde triunfó la Reforma, se produjo una desamortización de bienes eclesiásticos anterior a la española. Una desamortización a sangre y fuego que poco o nada tuvo que ver con la redistribución de la riqueza o la alteración de las estructuras de poder. En los países protestantes, esta desamortización no tuvo nada que ver con la revolución industrial, luego no hay motivos para pensar que en España sí podrían relacionarse. Tampoco me pasa por alto que la revolución industrial también comenzó de forma simultánea en la España del XVIII, sobre todo en la cerámica y en el textil. Otros factores, como los canales, las migraciones y los gastos de la Hacienda, tuvieron un mayor peso en el posterior desarrollo industrial.
- El liberalismo habría triunfado en 1812, con lo que nos habríamos ahorrado el carlismo, las guerras que éste provocó, dos repúblicas, la guerra civil de 1936-39 y la dictadura de Franco. Hala, báilalo. No sé si comentar que los carlistas llamaban liberales a sus enemigos. Que la Constitución de la Primera República nunca entró en vigor o que simplemente el hecho de ser protestante no te da súper-poderes, ni que la mayoría de los conflictos tienen que ver con gente que come nabizas fácilmente manipulable para variar las lindes de quienes comen con cuchara de plata.
- No hubiéramos sido tan antisemitas. Creer en el dogma de la Inmaculada tiene poco que ver con usar a un grupo humano como blanco de iras y envidias y fuente de ingresos rápidos. Ahí están esos países ortodoxos, calvinistas, anglicanos y luteranos con su historia impoluta hacia los judíos. Nada que comentar sobre la migración hacia la Polonia católica de muchos judíos expulsados de Europa occidental.
- No hubiera existido el nacionalismo vasco. Ésta es interesante. Tan solo apuntaré a que cuando se inventaron los nacionalismos modernos en España, algunos tenían caracter pagano (era la moda entre quienes tomaban absenta). Así que el nacionalismo vasco y otros, probablemente tuvieran hoy una pátina de arianismo y paganismo mayor. Pero existir, hubieran existido igual: la Iglesia tuvo poco que ver con la Renaixença o el Rexurdimento.
- Las riquezas americanas no se habrían gastado en defender los intereses temporales de la Santa Sede. No, se habrían gastado en defender los intereses temporales de la Corona. Y de llevar a México la imprenta de forma inmediata tras la conquista, y de levantar universidades y catedrales, ni hablamos. Nunca se hubiera rodado la película La Misión. O puede que sí, pero su protagonista sería Galactus.
- No habría corrupción ni nepotismo. Y todos los aldeanos tendrían un +5 en la recolección de bayas. No, en serio, la corrupción se puede ver fácilmente en cualquier país y ahí influyen las leyes que se aprueben. En Alemania hay lander católicos con poca corrupción.
- No existiría el voto cautivo. Me temo que el comportamiento del votante con la idea de "Iglesia verdadera" no discute que esa iglesia sea la católica de Roma o la evangélica de la esquina. Me remito a los resultados electorales históricos del sur de Estados Unidos. En Carolina del Sur, el Partido Democrata ganó siempre todos los escaños de la legislatura hasta mediados de los 90.
- ¿Se ha parado alguien a pensar en que todos, absolutamente todos los que arrasaron iglesias y dieron muerte a sacerdotes y obispos eran miembros bautizados de la iglesia católica? Sí, es lo que tiene un país en el que la gente va mucho a misa, pero luego se toma unas gordas con los parroquianos en el bar del pueblo y acaba con una formación teológica muy débil. Es más, podríamos afirmar que es lo que tiene un país en el que la Iglesia Católica no ha influido tanto en la vida de la gente como algunos nos quieren hacer pensar. Ups.
- España pudo ser tan poderosa como Gran Bretaña, pero durante mucho más tiempo y con mucha más pujanza. No solo fue tan poderosa, sino infinitamente más poderosa. Toda la historiografía derivada de la Leyenda Negra, que tanto gusta en España, pasa por alto el hecho de que España fue un imperio generador, constructor de caminos. El anhelo evangelizador, hacía que el primer objetivo no fuera la conquista, sino el establecer comunicación con el autóctono. España fue más poderosa que Inglaterra y durante más tiempo, fue la primera potencia hegemónica, su moneda fue divisa fuerte en épocas tan recientes como el siglo XIX (¿de dónde viene el dólar?). Paseando por el Museo Naval, hay cuadros pequeñitos en esquinas oscuras donde aparecen barcos. Lees la placa y coges la referencia, te pones a buscar y, oh sorpresa, una flota comercial de cincuenta barcos que iba a Macao y que por el camino se cargaba a escuadras el doble de grandes. A la ida y a la vuelta. Claro que esto sucedía tan frecuentemente que nuestros libros de historia para los chavales deberían tener miles de páginas. Otro ejemplo gráfico, ese galeón del XVIII que se hunde en Corcubión con porcelana china, oro peruano y especias de oriente. Nada, lo normal. Con esto quiero decir que es muy difícil reflejar tantos siglos de historia. Tendemos a simplificar las cosas para poder aprehenderlas, de ahí que el relato de la Leyenda Negra como motor de nuestra historia, sea atrayente: es un relato fácil. La historia real es mucho más complicada: se tomaron buenas decisiones y malas decisiones y las cosas fueron como fueron. La materia prima de la historia, el hombre occidental, no es muy diferente en uno u otro lugar.
Para inventar un relato ucrónico creíble, cada hecho cambiado de la historia debe tener sus consecuencias dentro de ese mismo contexto ya alterado. En este ejemplo se ve que un punto de divergencia marcado como el triunfo de la Reforma, da muchos problemas. Probablemente para contar el triunfo de la Reforma en España, hubiera hecho falta empezar la ucronía unos siglos antes, con el arrianismo o el priscilianismo. Separando a España de Roma, sería más creíble describir un escenario en que la Reforma hubiera triunfado.
Nota
Sería muy interesante leer una ucronía cuyo punto de divergencia estuviera en la formación del Sistema Solar. ¿Qué pasaría si la Tierra estuviera diez millones de kilómetros más cerca o más lejos del Sol?