Hace unas semanas publiqué un artículo hablando acerca de cómo la sociedad y el mundo en el que vivimos manipula de una manera u otra nuestra forma de pensar, sentir y actuar.
Si te perdiste el artículo del que hablo te recomiendo echarle un vistazo antes de seguir leyendo.
Vivimos en un mundo acelerado en el que es fácil meterse en una especie de rueda de hámster y mantenerse en ella durante años.
Parece que vivimos en un letargo colectivo que nos incita a preocuparnos por nimiedades y olvidarnos de las cosas realmente importantes, y solo despertamos de él cuando algún suceso crítico (muerte de algún familiar, enfermedad grave, ruina, etc..) sacude nuestra automatizada existencia. En el peor de los casos también puede que no despertemos nunca o que cuando lo hagamos ya sea demasiado tarde.
Te recomiendo echarle un vistazo a este artículo.
Cuando eres un niño el mundo que te rodea es excitante, sorprendente, emocionante. Cada día haces cosas nuevas, descubres un cachito de mundo… Te gusta acostarte tarde, levantarte pronto y un paseo por el campo puede convertirse en una misión de exploración super emocionante.
En resumen, eres capaz de vivir con intensidad, disfrutar de las cosas que el mundo te ofrece y hacer de cada día una pequeña aventura.
Sin embargo vas creciendo y poco poco vas “madurando”, te dicen que te dejes ya de tonterías y mudos de fantasía, que la vida es difícil, que tienes que estudiar, tener responsabilidades y armarte un bien futuro. Pero ¿qué cojones es un buen futuro?
Poco a poco tu vida empieza a ser monótona, estresante, repetitiva y corres el riesgo de dejarte llevar por lo que los demás consideran que es bueno para ti, de olvidar esos sueños que un día tuviste y de creerte que el camino correcto es el que ya está marcado.
Corres el riesgo de dejarte llevar y olvidar esos sueños que un día tuviste
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Pero parémonos a penar por un momento ¿qué es la sociedad?
La sociedad no es una fuerza oscura que te marea, te manipula y te empuja hacia una dirección determinada (aunque a veces lo parezca), la sociedad somos todos y cada uno de nosotros.
Tú y yo formamos parte de la sociedad, formamos parte de los que está ocurriendo, no somos meros figurantes, también somos actores y cumplimos nuestro papel.
Entonces ¿qué es lo que está pasando? ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? ¿Qué hemos hecho mal?
La respuesta es simple. Nos hemos dejado llevar porque simplemente es más sencillo.
Es más fácil flotar que nadar a contracorriente, caminar por un sendero que otros han construido que construir nuestro propio camino, es mas fácil flotar con manguitos que cruzar un océano nadando a crol.
Pongamos algunos ejemplos:
- Es más fácil quejarte de que no hay trabajo y echar la culpa a los políticos, al sistema o a lo que quiera que sea, que dejar de quejarte y construir tu propio empleo.
- Es más pensar que los casinos son unos sin vergüenzas ya que gracias a ellos tu tienes una adicción al juego, que dejar de jugar.
- Es más fácil quejarte de que te han lavado el cerebro para que solo te sientas bien si tienes un cuerpo 10, que trabajar en fortalecer tu autoestima.
- Es más fácil quejarte de lo mal que te se porta tu marido o tu mujer que iniciar un proceso de separación.
- Es más fácil debatir con tus amigos de lo mal que tratan a los animales en la industria alimentaria que dejar de comer carne.
Con todo esto no quiero decir que en ocasiones los demás no tengan cierta responsabilidad en lo que nos ocurre, es cierto que la publicidad es en muchos casos pura manipulación y que solo nos enseñan la parte del mundo que quieren que veamos, los políticos nos roban dinero de donde pueden y encontrar un trabajo digno en algunos países puede ser más difícil que escalar el Everest.
Pero no debemos olvidar que el mundo somos nosotros, la sociedad la hemos creado nosotros y si en vez de quejarnos tanto y echar balones fueras, cada uno de nosotros asumiéramos nuestra parte de responsabilidad y pusiéramos nuestro granito de arena el mundo sería un lugar mejor.
Sé el cambio que quieres ver en el mundo
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El coste de respuesta
El coste de respuesta es un principio de aprendizaje muy estudiado que explica, junto a algún que otro factor, algunas de las conductas aparentemente inexplicables en los seres humos. ¿Por qué pasamos tanto tiempo en relaciones que no nos aportan nada? ¿Por qué seguimos en trabajos que detestamos? ¿Por qué vivimos tantas situaciones que odiamos y sin embargo no hacemos nada para cambiarlas? ¿Por qué vemos que pasan tantas cosas horribles en el mundo y no hacemos nada para cambiarlas?
La respuesta es sencilla: Por qué evitamos aquello que nos hace sentir mal.
¿Por qué una persona claustrofóbica subiría por las escaleras en vez de por el ascensor aunque tuviera que subir 12 pisos a pie? Por qué subir en ascensor implicaría pasarlo mal y por miedo a ese miedo, elige sudar y llegar agotado.
Antes de seguir quiero contarte una historia.
“Mike y Sara son dueños de un precioso San Bernardo que se ha convertido en el rey se la casa. Ayer cuando Maike llegó de trabajar vio que el perro estaba tumbado haciendo movimientos extraños como si por alguna razón se encontrara incomodo.
Tras observarle durante un rato le pregunto a Sara si había ocurrido algo.
Sara se rió y le respondió que lo que ocurría es que el perro estaba tumbado sobre un trozo de piedra puntiaguda. ¿Y por qué no se levanta y se sienta en otro lado alego Maik? Porque aun no está lo suficiente incomodo como para hacer el esfuerzo de levantarse respondió Sara”
Cambiar implica un costo y no siempre estamos dispuestos a asumirlo.
Tendemos a evitar los que nos incomoda, lo que tememos, lo que nos hace sentir mal. Sin embargo justo detrás de estos lugares es donde se encuentra el éxito, donde se encuentran nuestros sueños.
Tus sueños mas grandes se esconden detrás de tus mayores miedos.
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¿Y tú a que estas dando la espalda?
Una vez que tomas conciencia de todas las cosas a las que estas dando la espalda, de todo aquello que puedes mejorar, de que tienes la capacidad de cambiar la vida de mucha gente, tu visión del mundo nunca vuelve a ser la misma.
Sientes una especie de culpa mezclada con una increíble motivación por hacer cosas, saltas de la rueda de hámster, dejas de procrastinar y comienzas a cambiar tu vida.
Y cuando cambias tu vida, cambia también la de los que te rodean. De esta manera es como dejas de echar balones fuera y comienzas a hacer del mundo un lugar mejor.
Hay otra realidad que no es la que ves todo los días y está en tus manos, en las mías y en la de todos y cada uno de nosotros aportar nuestro granito de arena para cambiarla.
5 preguntas para dar la cara a la vida
- ¿Qué cosas puedes hacer para mejorar el planeta en el que vives?
Desde pequeños detalles, hasta grandes actos… Hay miles de cosas que puedes hacer cada día para mejorar el planeta en el que vives.
He aquí algunos ejemplos: reciclar, dejar de comer carne o consumirla ecológica, no usar productos contaminantes, usar transporte público o bicicleta, plantar árboles, no tirar basura, etc…
Échale un vistazo a este artículo:
25 consejos para cuidar el medio ambiente
- ¿En que aspectos de tu vida no te sientes realizado? ¿Qué acciones concretas podrías comenzar a hacer hoy para mejorar estos aspectos?
Dibuja un círculo grande y divídelo en tantas partes como aspectos consideres relevantes en tu vida (Por ejemplo: amistades, amor, familia, empleo, salud, deporte, alimentación y espiritualidad). Dentro de cada parte escribe que acciones vas comenzar a implementar para mejorar dicho aspecto.
- ¿Qué estás evitando hacer por el coste de respuesta que implica? Y… como sería tu vida en un futuro si sigues evitándolo?
Ha llegado el momento de ser franco contigo mismo. ¿Hay algo que tu voz interior lleva tiempo diciéndote que tienes que cambiar? Si hay algo que lleva mucho tiempo sin funcionar lo más probable es que si no haces nada diferente los resultados sigan siendo los mismos.
Hay decisiones que pueden cambiar tu vida de un día para otro, pero el no tomarlas va a hacer que tu vida nunca cambie, y eso es mucho pero.
- ¿Qué parte de responsabilidad crees que tienes en las cosas que no van tan bien como te gustarían?
Hay cosas que dependen de ti y otras que no. Si no te gusta como se comporta tu pareja es probable que por mucho que lo intentes no puedas cambiar su comportamiento (Uno de los mayores errores que solemos cometer es invertir nuestros esfuerzos en cambiar a los demás) sin embargo si que puedes cambiar de pareja o aceptar las cosas de ella que no te gustan y tratar de que no te afecten tanto.
Probablemente no puedas exterminar el hambre en el mundo pero si puedas dar de comer a un pobre, no puedas evitar que la gente muera pero si puedas alegrar su existencia.
¿Qué esta en tu mano cambiar? Estoy segura, de que muchas más cosas de las que jamás te has planteado.
- ¿Cómo puedes ayudar a otros a tener una mayor calidad de vida?
Ayudar a los demás es tan sencillo como gratificante y está al alcance de tu mano cada día. ¡Mira este vídeo!
¿Y tú a que estás dando la espalda? ¿Prefieres una vida cómoda o una vida feliz, plena pero quizás algo mas incómoda? ¿Quieres seguir echando balones fuera o prefieres pasar a la acción?
¡Te espero en los comentarios!