Revista Coaching

Y tú, ¿cómo lo llevas?

Por Jofoba @jordifortunybad

Como cada miércoles a las 20:30 aquí me tienes, acudiendo puntualmente a mi cita bloguera. Aunque no se te escapará que hoy es un día con unas circunstancias poco habituales. En mayor o menor medida nuestro día a día se ha alterado. En mi caso particular, esta alteración ha sido bastante notable y esto sin duda ha influido en mi estado de ánimo.

Por eso mismo lo que me ha apetecido ha sido escribir y compartir mis pensamientos, en lugar de publicar la entrada de la serie #efectividad para comerciales que ya estaba preparada y programada desde hace unos días. 

Hace un par de semanas todo iba bien, aún te diría más, iba «súper». En los cursos nos quejábamos de los correos electrónicos y de las urgencias de nuestros jefes. De las interrupciones de los compañeros y compañeras. De lo pesados que son los clientes. De las reuniones a todas horas… Entonces eso era nuestro VUCA

Pues no, se ha demostrado que puede existir un VUCA más radical, eso no era nada. El escenario ha cambiado de una manera tan radical que cualquier decisión que tomes desconoces el tiempo que puede aguantar. Somos incapaces de saber lo que va a pasar esta tarde. Es como circular por una carretera con una niebla tan densa que lo más sensato —y seguro— es que dejes de conducir y #QuedateEnCasa.

Como leí en un tweet hace nada: «No lo sabíamos, pero éramos felices». 

Vaya si éramos felices ¡No teníamos tiempo! Teníamos tantas cosas que hacer que no dábamos abasto. Y de repente… todo cambia. Imagínate qué paradoja.

No sé cómo lo llevas, pero yo aún estoy en fase de adaptarme. Mi Sistema 2 me dice, «Oye, vívelo como una oportunidad». Haz una Revisión Semanal a fondo, incuba, desincuba y aprovecha para hacer eso que siempre has querido hacer. 

Pero el Sistema 1, adalid de la supervivencia, impide que me pueda concentrar, no me doy cuenta que ya estoy pensando en qué debe haber pasado en este rato. Es como si mi depósito de energía mental tuviera una fuga que no localizo y no puedo parchear.

Me han llegado miles de ofertas de gente que me quiere ayudar; cómo teletrabajar como un Pro, clases de Zumba para hacer en el comedor de mi casa, conciertos en streaming por Instagram…

¡Vale muchas gracias! Agradezco infinitamente el altruismo —y me reservo lo que pienso acerca de si es interesado o no— y, honestamente, ojalá ayude a muchas personas. Pero a mí —ahora mismo— no termina de serme útil. Igual cuando me acostumbre a la nueva normalidad, cuando el Sistema 1 vea que vamos sobreviviendo, nos iremos adaptando y, efectivamente, pueda empezar a enfocarme en eso y sacarle partido.

Ahí está la clave. Yo tenía una rutina y deseo volver a tener una rutina. Y seguramente mientras no la encuentre voy a estar de mal humor, y voy a ser poco efectivo. Toca tirar de paciencia. Y no agobiarse.

Sin ir más lejos. Estoy técnicamente preparado para teletrabajar, tengo muchas herramientas a mi alcance —Teams, Zoom, Slack, Trello, …—, estoy acostumbrado y tengo muchas buenas prácticas que en mí ya son hábitos. 

Pero ahora mismo no es cuestión de eso. Es cuestión de que coyunturalmente voy a ser menos productivo y mi capacidad de atención se va a distraer en otras cosas, porque soy humano y estoy preocupado.

Igual estás pensando, jolín… qué tío menos resiliente. No está preparado para vivir en esta época. 

Pues igual sí —o no—. E igual también te pasa a ti, o igual también le pasa a esa persona que te cuenta cómo teletrabajar como un Pro o que pega botes en el televisor para que hagas ejercicio en casa. Cuando la webcam se para, me gustaría ver lo que pasa.

Así que, después de toda esta reflexión, he llegado a la conclusión de que lo más razonable es decidir lo único que puedo decidir sin miedo: centrarme en mi área de influencia. Voy a destinar mi energía en aquello en lo que sí pueda actuar.

Y lo primero es asumir con normalidad que me puedo permitir estar unos días de «bajón». El Sistema 1 lo necesita. Es un tránsito necesario para volver a construir una rutina.

A partir de aquí, coger perspectiva, y —paso a paso— descubrir que hay mucho que hacer y que aprender, incluso en esta situación. Sin agobios.

Y dentro de unos años, menudas batallitas explicaremos a nuestros nietos y nietas, del tipo: hubo un día en que sufrí por la escasez de papel higiénico

😉

Photo by Ani Kolleshi on Unsplash


Volver a la Portada de Logo Paperblog

Revistas