¿Y tú que eliges: Miedo o Felicidad?

La vida te pone en situaciones imprevisibles. No existe un guión previo del libro de la vida y vamos desvelando el camino a cada paso que damos. El miedo es humano y todavía más cuando tiene una causa concreta.

¿Cómo armarte de valor frente al miedo?

1. En primer lugar, permítete sentir miedo y ser vulnerable. No eres un superhéroe sino una persona de carne y hueso. El primer paso para afrontar el temor es reconocerlo como tal.
2. En segundo lugar, averigua qué te quiere decir. El miedo nos habla de aquellas cosas que para nosotros son importantes y podemos perder. ¿Cuál es el mensaje que el miedo tiene para ti?
3. Busca un lugar donde descargarte: llevar todo el peso sobre tu espalda puede ser factible durante un tiempo pero tarde o temprano es fundamental delegar y compartir las vivencias con alguien de confianza. La palabra produce un efecto liberador a nivel terapéutico cuando logramos sacar fuera eso que llevamos dentro.
4. Imagina que una persona a la que quieres está pasando por esa situación que a ti te afecta: ¿Qué le aconsejarías? Ver un problema de una forma externa te permite darle cierta objetividad.
5. Analiza qué recursos emocionales tienes para hacer frente a esa situación. Busca dentro de ti hasta que encuentres tu fortaleza, tu sabiduría y tu experiencia práctica. Puedes escribirte una carta a ti mismo dándote un mensaje de ánimo.
6. Visualiza el futuro con optimismo, ilusión y esperanza. Crea una imagen mental que sea para ti un refugio en los momentos de debilidad.
7. Analiza qué es lo que a ti te da fuerza para seguir. Como afirma Victor Frankl cualquier carga se sobrelleva mejor si consigues darle un sentido a esa situación.
8. Déjate mimar y cuidar por aquellos que te quieren. El amor de los demás es la mejor medicina a nivel emocional; te da fuerza y vitalidad. En las situaciones difíciles se produce un efecto estimulante: descubres que existen personas que te quieren de verdad.
9. Descansa, necesitas reponer fuerzas. Aliméntate bien, sal a caminar todos los días y busca un lugar que te dé paz para poder ir allí en los momentos más difíciles, respirar aire puro y renovarte por dentro.
10. Anímate a ver películas cargadas de energía positiva porque el cine y sobre todo la risa, son toda una terapia vital.

Recuerda cada día que eres capaz de ser feliz incluso cuando no todos los factores de la vida son tal y como te gustaría. No podemos cambiar lo que nos pasa, pero sí podemos elegir cómo nos sentimos ante lo que nos sucede. Ser feliz es tu elección. ¿Y tú, qué eliges?

Maite Nicuesa Guelbenzu y Olga Albaladejo Juárez