Ya marchó St Jordi. Pasó la presentación y volvemos al día día. Me gustó eso de firmar el libro. Estuve en el stand de Arrels, en la Rambla del Raval. Se vendieron más de ¡70 libros!, me dicen. Yo firmé algunos, no tantos como 70, no estuve todo el día, pero fueron bastantes. Me senté junto a Miguel Fuster y sus cómics. Él es famoso. Ya sabéis…, Miguel, el de los “15 años de calle”. Es un buen dibujante y pintor. Su firma era larga, pues a cada uno le hacía su propio autorretrato, el de Miguel, y así consiguió colas esperando su firma. La gente quedaba encantada. Yo era más rápido, sólo tenía que pensar una frase que pudiese agradar al que compraba el libro. Es curioso ver a la gente desde el otro lado, sentado, siendo el protagonista de muchas miradas, haciéndote el importante… Por la mañana había pasado por las Ramblas, estaba a tope. Había colas y colas para recibir la firma de escritores… Muchos eran caras conocidas. Acompañó el día, lleno de sol.
La presentación del día 17 en Arrels, fue un éxito, hubo mucha gente, casi toda amiga… y se notó, fueron buenos conmigo y no me pusieron en aprietos. En la mesa estaba Miquel Julià que me ayudó a serenarme y también estuvo Miguel Fuster. De él son las ilustraciones que vienen en el libro. Me
sentí cómodo y muy tranquilo. Luego, pensando, quedaron cosas en el tintero. Debí hablar más de la mirada crítica, del posicionamiento ideológico en el que me muevo y que me lleva a aseverar que las causas de que haya exclusión son principalmente estructurales, provocadas por un sistema perverso e injusto, que crea y acrecienta las desigualdades. Está en el libro, pero hay que decirlo con fuerza. Apunté, eso sí, lo injusto de los desahucios y las consecuencias que está trayendo y traerá. Nos duele la miseria, ¡les duele la miseria!, pero luego legislan para perpetuarla… Sin ningún tipo de dudas estoy con Ada Colau y el derecho a manifestarse.