Revista Opinión

Ya empezamos con crisis en el 2016

Publicado el 05 enero 2016 por Liberal

Ayer lunes, primer día de los mercados para el año 2016 rápidamente se convirtió en un espectáculo, en una debacle total. Los mercados se desplomaron en todo el planeta después de la decisión del gobierno chino de cerrar sus bolsas para impedir un desastre total.

El día negro para las bolsas confirmó lo que ya dije aquí sobre el pesimismo de los comentaristas burgueses sobre el futuro del capitalismo global en el año nuevo. Todavía, como es obvio, no sabemos si lo que pasó ayer lunes es el principio de un estallido de las burbujas financieras insostenibles o si se trata de un infarto financiero. Hay una cosa que no es discutible en todo esto, no obstante: es un síntoma de las profundas contradicciones que se han intensificado desde el crack en Wall Street hace más de siete años.

El colpaso de los mercados chinos, cerrando con pérdidas de casi el 7% se debía a nuevos datos confirmando la caída de la actividad del sector manufacturero durante el mes de diciembre. Ese sector lleva más de 10 meses consecutivos de mal en peor, en declive absoluto. El informe también confirma que el 2016 será peor para China. El papel tan importante que juega la segunda economía mundial y principal orígen de las fabricaciones y productos consumidos por occidentales, incluído la caída del petróleo y demás comodidades industriales, hubo más pánico de que países como Brasil, Rusia, Australia y Canadá también entren en profunda crisis.

El índice Nikkei japonés cayó más del 3%. Alemania, un país que exporta muchísimo a China, sufrió un declive del 4,3% en los mercados. Y así en general fue la tendencia ayer en los mercados europeos.

Las malas notícias fueron agravadas por los datos económicos negativos de los EEUU. El sector manufacturero ha sufrido dos meses consecutivos de pérdidas. No había ocurrido algo así desde el crack del 2008. Al mismo tiempo, el Departamento de Comercio americano informó que el gasto en construcción dentro del país cayó un 0,4% en noviembre. Los datos negativos han provocado que los economistas rebajen sus pronósticos del 2015 sobre crecimiento en USA a 1%. Las cifras confirman que USA, antaño citada como “la luz” en una economía mundial dominada por crisis y tragedias, está también en recesión industrial. Como era de esperar, eso no pintó nada bueno para los mercados norteamericanos ayer.

Todo esto indica el colapso que se avecina debido a un sistema especulativo sostenido por un castillo de naipes construido desde el derrumbe económico capitalista del 2008, en un entorno económico que ¡¡jamás!! se ha recuperado desde el 2008. De hecho, a la supuesta “recuperación” ficticia todos sabemos que las élites le llaman así a la expansión de actividades casi criminales y propias de parásitos que justamente provocaron la misma crisis financiera y depresión desde el principio.

Los bancos centrales en EEUU y Europa principalmente, pero también de todos los gobiernos importantes en el mundo respondieron al derrumbe del capitalismo financiero en el 2008 dando millones y millones y millones de bienes, acciones públicas a los banqueros y multimillonarios con fondos de alto riesgo, sin ningún tipo de condiciones reales. Tenían la libertad de hacr con ese dinero pagado en sangre de los trabajadores, en su empobrecimiento masivo y sin precedentes desde el siglo XIX, lo que les diera la gana. Incluso en las reuniones financieras posteriores, se bloqueó el intento de limitar el tope de los sueldos que recibían estas empresas rescatadas con el dinero de todos – los políticos, comprados por esos mismos millonarios. Y a eso le llaman “democracia” y nos pretenden engañar diciendo que tenemos democracia y libertad.

El rasgo principal evidente que todos hemos podido ver desde la crisis es el aumento espectacular de la riqueza de los que ya tenían tanto. O dicho como el cliché: “los ricos cada vez más ricos, y los pobres cada vez más pobres”. Nunca tan real como ahora. Los gobiernos han desatado ataques brutales contra la clase trabajadora para que sean ellos quienes paguen el rescate a los millonarios y la bancarrota de sus gobiernos. Estos ataques: la austeridad, los recortes salariales, los despidos, los contratos basura en España, la mal llamada “flexibilización” laboral, los recortes en pensiones…todo eso ha contribuido a engordar mucho más los beneficios de las empresas y del 1% que domina todo. Las empresas usaron sus reservas monetarias masivas NO para crear empleo o aumentar la producción ni mucho menos pagar sueldos dignos a quienes tienen la “suerte” de seguir trabajando, sino en la búsqueda de nuevas vías para seguir especulando, metiendo dinero en las eléctricas y en fondos de alto riesgo. El 2015 fue un año muy terrible para la clase obrera – aumentó la pobreza de forma masiva y las masas estaban al borde de la desesperación. Fue un año récord en la destrucción de empleo y en políticas totalmente antisociales y destructivas. La economía real no tiene inversión realmente productiva.

Ha habido una redistribución masiva de la riqueza de los trabajadores hacia arriba, hacia la burguesía o si prefieren los lectores delicados que no les gusta llamar las cosas por su nombre, “clase alta adinerada”. Ante un panorama como el que tenemos ahora mismo: más guerras intensificadas en Próximo Oriente y la militarización creciente en Europa y Asia, acompañada también de medidas propias de un estado policial impuestas de forma interna en todos los países occidentales bajo el pretexto de “luchar contra el terrorismo”, la incertidumbre económica al inicio de este año nuevo se intensifica y genera más tensiones entre las superpotencias, en consecuencia la élite se radicaliza aún más en el camino hacia la dictadura y la guerra.

Sin embargo, a pesar de todas estas tragedias consecutivas y palpables, presentes, la clase dirigente con capital tiene miedo o presentimiento de que algo malo les pasará. La oposición de la clase trabajadora así como las luchas en sus puestos de trabajo van a ir a más. El año pasado fue terrible, pero también vimos más huelgas, manifestaciones intensas desde Europa a China y a Latinoamericano e incluso dentro de EEUU con los trabajadores de las cadenas que sirven comida rápida viéndose obligados a pagarles un sueldo mucho más digno después de sus huelgas masivas.

La única esperanza es más concienciación entre los trabajadores de estos problemas, menos miedo, menos EGOÍSMO y exigir que se les respete o que nadie trabaje bajo las condiciones esclavistas que se van imponiendo cada vez más.

¡¡JUNTOS, PODEMOS!!


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