Revista Opinión

Ya no hay vuelta atrás

Publicado el 13 agosto 2022 por Liberal

Señores, tenemos un problema. Este es un año electoral (congresional legislativo) en EEUU. Pero los temas de este año no creo que sean un debate de toda la vida entre demócratas y republicanos. El gran problema que estoy viendo es si esta nación ha degenerado hasta un punto sin vuelta atrás, un punto en el que corre el riesgo de destruirse a sí misma, antes de que sus enemigos puedan destruirla.

Si hay un momento reciente que simbolizó esa degeneración, fue cuando una turba enfurecida, de todas las edades y colores de piel, se reunió frente al Tribunal Supremo y un «líder» del Senado de los Estados Unidos, el neoyorkino judío Chuck Schumer, gritó amenazas contra el juez Brett Kavanaugh, diciéndole: “’No sabes lo que te espera!” La frase exacta en inglés fue: «You won’t know what hit you», lo cual es una gravísima amenaza, constituyente de delito, que ha quedado impune, como era de esperar en un país en el que el Departamento de Justicia, dirigido por Garland, no es un verdadero departamento justiciero, sino más bien el arma de persecución política teledirigida por el Partido Demócrata. Cuando una nación abandona a Dios, y los principios bíblicos tales como la libertad confesional, la libertad personal, y lo más importante, el imperio de la ley, tenemos un país claramente en un estado de degeneración.

Siempre ha habido demagogos irresponsables. Pero érase una vez en la que cualquiera que gritara amenazas contra un juez sería testigo del fin de su carrera política y no podría volver a dar la cara en una sociedad decente. Nunca, que se sepa, en la historia política de EEUU un senador ha gritado una amenaza tan grave, tan chabacana y delictiva, contra un juez federal. Nunca. Si no es así, demuéstrame lo contrario, estimado lector. Y, repito, ha quedado impune. Por supuesto que el «fiscal general» Garland NO va a imputarle un delito a Chuck Schumer, pero si esa amenaza hubiese sido un cristiano, o un republicano, contra un juez demócrata, tenga usted por seguro que ese individuo estaría en la cárcel ahora mismo. Gracias a Dios, muchísimos americanos están despertando ante el hecho que el FBI es enemigo de esta nación, y el FBI (yo ya venía diciendo esto desde los años 90) es un brazo político anticristiano, y contrario al pueblo verdaderamente americano. Bendito sea Dios, porque tras el saqueo de la casa de Trump en Mar-A-Lago, muchos estadounidenses han quedado atónitos y horrorizados. Nunca en la historia se había registrado, de forma tan descarada además, la casa de un ex-presidente. Esa es la América de Biden, un país que cada vez más tiene gente indeseable, que además abiertamente dicen ser simpatizantes de ideas comunistas. Normal, porque sin Dios, se sustituye con otros dioses paganos. El comunismo es una forma de paganismo, es el endiosamiento del hombre por encima de Dios. Es humanismo puro y duro, y contrario a la libertad.

O RESPETAS las leyes o crees en el gobierno de masas y turbas alentadas por políticos de la izquierda o derecha. No importa si estás de acuerdo con la ley o con la turba en algún tema en particular. Si las amenazas de violencia contra los jueces, y publicar dónde van al colegio sus hijos (sí, sí, esto lo hicieron los demócratas), es la forma de resolver los problemas, entonces no tiene mucho sentido tener elecciones o leyes.

Tampoco tiene mucho sentido esperar tener libertad. Las amenazas y la violencia fueron la forma en que los nazis llegaron al poder en Alemania y los comunistas en Rusia. La libertad no es gratis. Si no puedes molestarte en votar en contra de las tácticas de estos personajillos violentos, ilegales, y peligrosísimos para la libertad, independientemente del «cómo» o el «por qué», entonces perderás tus libertades. Desde los años 60 del pasado siglo, hemos estado siendo testigos de una bancarrota moral de Occidente, una creciente infantilización indeseable, y la pérdida de valores a favor de la libertad. Cada año, las cosas empeoran más y más.

Peor aún, puedes perder la libertad de las generaciones que aún no han nacido.

Algunas personas parecen pensar que el Tribunal Supremo ha prohibido los abortos. No ha hecho nada por el estilo. De hecho, el TS ha hecho algo muy diferente, algo que debería haber ocurrido hace mucho tiempo y potencialmente histórico. Ha dicho que su propio tribunal no tenía por qué tomar decisiones políticas que nada en la Constitución les otorga la autoridad para tomar. Saca una copia de la Constitución americana y mira si puedes encontrar algo en ella que diga que el gobierno federal está autorizado para promulgar leyes sobre el aborto. ¡TE RETO! ¡BÚSCALO!

Consulta la Décima Enmienda, que dice que el gobierno federal está limitado a los poderes específicos que se le otorgaron, y todos los demás poderes van a los estados o al pueblo.

¿Por qué elegimos legisladores para hacer lo que los votantes quieren que se haga, si los jueces no electos van a inventar leyes por su cuenta, en lugar de aplicar las leyes que aprobaron los funcionarios electos? Esto es parte de una lucha muy larga que ha durado más de 100 años. A principios del siglo XX, gente que odiaba la Constitución como el presidente Woodrow Wilson decidieron que la Constitución ponía demasiados límites a los poderes que querían usar. Afirmando que era casi imposible enmendar la Constitución, los «progresistas» abogaron para que los jueces “interpreten” los límites constitucionales y derogarlos. Este fue solo el primer paso de una larga serie de sofismas.

En realidad, la Constitución fue enmendada cuatro veces en ocho años, desde 1913 hasta 1920, durante el apogeo de la «era progresista». Cuando el pueblo quiso enmendar la Constitución, se enmendó. Cuando las élites querían que se reformara la Constitución, pero el pueblo no, lo llamaron democracia cuando no lo es.

Otro gran sofisma fue usar la autoridad del gobierno federal para regular el «comercio interestatal» para llamar a todo tipo de otras cosas comercio interestatal. En 1995, las élites se sorprendieron cuando el TS dictaminó (5 a 4 la decisión) que portar un arma cerca de un colegio no era comercio interestatal.

Los estados tenían derecho a prohibir portar un arma cerca de un colegio, y la mayoría así lo hizo. Pero el gobierno federal no tenía tal autoridad. La Constitución tampoco le dio al gobierno federal el derecho de hacer leyes sobre el aborto, ni de una forma ni de otra.

Lo que las leyes estatales y federales sí pueden hacer es, por ejemplo, castigar legalmente las amenazas contra los jueces y sus familias. Esto no es un asunto partidista. El gobernador republicano de Virginia es un hombre decente, cristiano, y él brinda protección a los jueces del TS que viven en este estado. Pero el gobernador republicano de Maryland parece pensar que acosar a los jueces y sus familias no es algo grave.

Realmente, tengo poca confianza política en el futuro. Solamente una intervención de Dios podría detener esta locura y cochambre moral. Dado que cada vez hay más personas anticristianas, y que EEUU está bajo la ira de Dios ahora mismo, no tengo buenos augurios, aunque tenemos la bendición, los cristianos, de que el pueblo electo de Dios será rescatado por Él. A estas alturas, los votantes deben averiguar quién está a favor o en contra del gobierno de la mafia y de las turbas, ya sean demócratas o republicanos. De lo contrario, no seremos una sociedad libre ni mucho menos decente. Si me da tiempo, mañana domingo intentaré compartir un sermón sobre las distintas clases de personas que hoy tenemos en EEUU, empezando por los que piensan que solo por existir, el estado les debe algo…cuando acabarán muertos porque Dios dice «el que no TRABAJE, que no coma». Hablaré de otras clases de personajillos que hoy infectan nuestras sociedades y algunas iglesias con eso de «debemos aceptar a todo el mundo, porque eso me hace sentir bien en mi pecado». Bazofia pura y dura, y mucha caradura es lo que tenemos. Como decía un pastor que tuve el gran gusto de conocer, «Dios es todopoderoso, pero el Diablo es muy poderoso en esta tierra y tiene varios reinados, incluido en la iglesia….a pesar de que yo esté predicando, hay demonios escondidos entre los parroquianos». Exacto.


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