Si levantas tu mano,
golpea la injusticia inquisidora
que hace añicos la brevedad de mis años.
Extiende el puño en rabia
contra la ira incipiente de mi dolor pasajero,
de la historia añeja de mi vida
que se cuela en los segundos desequilibrados.
Levántala en pos de mi plegaria,
elevando al azul la clemencia
profesada por el gris
de tu alma amordazada,
pero no le robes la quietud inmensa
a mi sonrisa rota,
a mi piel tumefacta
ni a mis rodillas cimbradas
de humillaciones indignas,
a mis ilusiones percudidas
por una pasión mal sana.
Gracias por sus aplausos!! Nuestras Poetas lo merecen!
Revista En Femenino
Sobre el autor
Movimiento Mujeres Poetas Internacional (mpi) Inc.
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