El pasado seis de julio, denuncié en este artículo que aquella terrible decisión judicial iba a traer consecuencias graves para las personas. En esa sentencia de “Hobby Lobby”, cinco jueces varones decidieron que cualquier empresario que tenga un problema “religioso” contra los métodos anticonceptivos puede negarse a pagar el seguro médico de todas sus empleadas. Los jueces nos aseguraron que su sentencia era de “alcance muy limitado”. Total, ¿para qué preocuparse, compañeros liberales? Al final solo iban a mermar los derechos de las mujeres “impuras” y putas. La “gente de bien” no tenía motivos para preocuparse.
Pero en mi entrada de la semana pasada, os advertí que esto iba a acabar mal, con todo tipo de locos y gente indeseable, extremista, tupiendo los tribunales con demandas para ver si pueden colar su intolerancia y así seguir con el proceso tan terrible que vivimos en Occidente actualmente de seguir recortando libertades para todos. Ahora algunos “líderes” religiosos han enviado una carta al Presidente Obama exigiendo su derecho a discriminar no solo a las mujeres sino también a los homosexuales en los centros de trabajo.
Lo curioso (o no tanto en realidad) es que estos grupos por lo general son “pro Obama”. Sí, sí – por ejemplo, tenemos al repugnante grupo “Católicos por Obama defendiendo esto.
La estampida tan solo ha comenzado.
Michael Wear, un consejero de Obama en la capital useña, aseguró a los periodistas del “New York Times” que “no estamos tratando de defender privilegios alocados con el pretexto religioso”.
Pero resulta que un grupo católico de caridad cree que el sexo fuera del matrimonio heterosexual es pecaminoso y no cree que debe dejar de recibir dinero PÚBLICO, o sea, del GOBIERNO, del contribuyente, por el hecho de que se niega a contratar personas abiertamente homosexuales. Para Michael Wear, esto no es un privilegio alocado con pretexto religioso.
Por favor, señores. Por favor. ¿Debe el gobierno entonces dar dinero públicoo a un empleador que despide a una mujer soltera porque queda embarazada? ¿O a un hombre casado si se divorcia?
Al igual que ocurre en España con los golfos del Instituto Juan de Mariana y otras asociaciones de extrema derecha “libertarian” (NUNCA LIBERAL) estos sinvergüenzas quieren financiación pública, pero NO quieren cumplir con las normas que son aplicables a todos los demás.
Tienen la poca vergüenza de pedirle al Presidente Obama insertar una “fuerte excepción religiosa” dentro de una orden ejecutiva presidencial que prohibe a los empresarios federales discriminar a gente gay, lesbiana y transexual. ¿Por? Es sencillo: para que puedan seguir recibiendo dinero de los contribuyentes, incluyendo los gays por cierto, y encima poder discriminarles en empleo también. Qué bonito, ¿no? “Dáme tu dinero, puto maricón, pero ni se te ocurra pensar que debo emplearte. Dáme tu dinero y me da igual que seas gay, pero ni te me acerques, porque es que yo soy religioso, soy católico, y me caracterizo por mi hipocresía”. Tal es la lógica detrás de todo esto, estimados jóvenes liberales. “Odio a los maricones, pero me mola su dinero”.
No olvidéis que, al menos en el caso de EEUU, los grupos religiosos que reciben dinero público ya pueden discriminar por motivos religiosos a personas de otras religiones (ya de por sí me parece mal si reciben financiación de todos los contribuyentes) pero al parecer ya no les basta ni eso. Ahora estos grupos, incluido especialmente las asociaciones católicas y sus grupos de caridad, quieren seguir chupando descaradamente de la teta pública pero también quieren que los contribuyentes “comprendan” y encima les apoyen si deciden despedir a un empleado por el hecho de ser homosexual.
Me quedo atónito después de leer como Wearr quiere pintar esto como un movimiento moderno “por los derechos civiles”. Pensar que tus derechos civiles se ven violados por tener que ampliarlos a otros colectivos de la sociedad es absurdo, grotesco y propio de imbéciles. La discriminación disfrazada como “excepción” religiosa sigue siendo discriminación y los liberales vamos a seguir denunciando y denunciando hasta que el Congreso actúe correctamente y evite estas locuras.
¿Y si tu empleador es un musulmán radical que solo decida financiar chalecos suicidas como “sanidad”? Bueno al menos pensará que tendrás acceso a 20 vírgenes celestiales. Y para esos sucios españolitos y otros occidentales que comen cerdo, ¡ni un céntimo de sanidad! Que se mueran.
O quizá preferirías trabajar para un cristiano extremista que crea que su oración vale para todo y es el único seguro médico realmente efectivo. Así que tu único seguro será un círculo de oración con otros pringaos.
¡Pero qué manera de haber imbéciles en el Tribunal Supremo de los Estados Unidos! ¡¡Qué locuras!! ¡¡¡Qué terrible época para el liberalismo y el progreso!!!