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Yaiza Nicolás: “Escribí Alka I. La mujer del infinito para escapar… y acabé encontrándome”

Publicado el 21 octubre 2025 por Delecturaobligada @DelecturaOblig

La autora concibió su primera novela como un experimento entre la ciencia, el misterio y la emoción. Tras escribirla tres veces y autoeditarse, confiesa que fue un plan de fuga y una terapia.

Por: Alberto Berenguer / Twitter: @tukoberenguer; @delecturaobligada

Yaiza Nicolás: “Escribí Alka I. La mujer del infinito para escapar… y acabé encontrándome”

Su novela se mueve entre la ciencia, el misterio y la emoción. ¿De dónde nació realmente Alka I. La mujer del infinito?
La idea original nació de una necesidad real: prolongar la vida. La mía. Para poder estar ahí más tiempo y cuidar de los míos. De ahí surgió el alka, y del alka, La mujer del infinito.

Ha reconocido que escribió la novela tres veces. Si ahora pudiera hablar con la Yaiza que empezó la primera versión, ¿qué consejo o advertencia le daría antes de lanzarse al “infinito”?
La verdad es que cualquier consejo habría sido en vano. Lo bueno de aquella Yaiza que empezó a escribir sin tener ni idea era que no tenía nada que perder, y una clara motivación. Ningún consejo podría haber sido más eficaz que eso.

Autoeditarse requiere valentía y algo de locura. ¿Hubo un momento en que pensara “¿qué estoy haciendo?” o el impulso de “tengo que soltar esta historia” fue más fuerte que todo?
Sí. Los personajes gritaban dentro de mí: “Déjanos salir”. No tuve opción. Cuatro años es mucho tiempo; necesitaba liberarme de ellos. Los tiempos del mercado editorial están muy dilatados. Lo entiendo; están saturados. Por cierto, si alguna agente literaria quiere tomarse un café conmigo, sigo libre. 

Alka I. La Mujer del Infinito parece tener algo de alquimia narrativa. ¿Qué ingrediente no puede faltar en una historia para que le parezca viva?
El proceso de transformación, desde una perspectiva psicológica, diría que es el ingrediente principal. También influye el formato —el cacharro en el que se cuece—: me interesan los saltos de perspectiva, ver la historia desde los ojos de los diferentes personajes. 

Su novela está llena de aromas, luces y texturas. Si tuviera que describirla con un olor, un color y un sonido… ¿cuáles serían?
El olor sería el de la piedra mojada; el color, verde lima, como el de las hojas nuevas de un bananero; y el sonido, el eco del rugir del mar desde una cueva marina.

Ha dicho que Alka I fue un “plan de fuga”. ¿Qué parte de usted escapó al escribirla, y qué parte regresó transformada?
Alka I la escribí para escapar de una situación muy opresiva. Mi imaginación era lo único que tenía para combatir un profundo desencanto. Fue terapia, medicina y vehículo para llegar a otra parte. Al regresar, no hubo parte de mí que no sufriera una transformación. Por suerte. Tal y como les sucedió a mis personajes.

Los personajes femeninos de su novela son memorables, potentes y muy humanos. ¿Hay alguno con el que mantenga todavía conversaciones mentales cuando camina o conduce?
Sí, con Bárbara. La pobre está agobiadísima con lo suyo. Estamos trabajando en la segunda parte: Alka II :)

Viene del mundo real de los límites —tiempo, trabajo, espera editorial— y creó una historia que desafía precisamente eso: el límite de la vida. ¿Siente que escribir sobre el “infinito” le cambió la manera de mirar el presente?
No sé si se debe al hecho de haber escrito la novela o al propio proceso de búsqueda que me llevó a hacerlo, pero sí, percibo el tiempo de una forma distinta. No quiero sonar rara, pero a veces veo el tiempo: en pasado y en futuro. Es divertido, y con esas visiones o ideas voy conformando una pequeña despensa para futuras historias.

Yaiza Nicolás: “Escribí Alka I. La mujer del infinito para escapar… y acabé encontrándome”

¿Qué está leyendo ahora mismo? ¿Hay algún autor o autora que recomendaría sin dudarlo y que haya influido en su manera de contar historias?
Ahora mismo acabo de empezar La península de las casas vacías, de David Uclés.
Mis influencias literarias son muy variopintas: Gabriel García Márquez (de ahí que la cueva de La mujer del infinito se llame San Gabriel), Georges Simenon, Paula Hawkins, Maggie O’Farrell, Virginia Feito, Alaitz Leceaga, Robert Musil, Homero, Agatha Christie, Joël Dicker, Gilles Deleuze, Cervantes, Margaret Atwood… Pero también estoy muy influenciada por el cine. Por ejemplo, me gustan mucho películas como Another Earth, Caddo lake o Lamb, donde todo es normal hasta que deja de serlo. 

Y para cerrar con una sonrisa. Si Alka I. La Mujer del Infinito tuviera versión cinematográfica, ¿a qué actriz le gustaría ver interpretando a Bárbara y qué director o directora cree que se atrevería a meterse en su universo sin miedo a perderse en él?
Bárbara Lennie podría ser una buena candidata. Mélanie Laurent, sin duda, encajaría a la perfección. Amenábar podría ser el director, aunque también estaría dispuesta a venderle los derechos audiovisuales a Pedro Almodóvar, Maggie Gyllenhaal, Isabel Coixet, Emerald Fennell o, si me apuras, a Oliver Laxe.No, es broma. La mujer del infinito la veo más en formato serie.


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