La gran diferencia está en que en su dominio, el ave no tiene todas las ventajas para lucirse ante la cámara, depende de nosotros tratar de lograr el mejor resultado, buscando el ángulo exacto para lograr una buena toma.
En estas fotos, si bien el comedero estaba cerca, el Yapú perchaba a una altura apropiada pero el tamaño de la rama en la que se posó oculta mucho los detalles de la cola, en cambio en la primera foto de esta entrada se observan perfectamente las delgadas plumas nucales.
Cantando para el fotógrafo.
Un poco mas arriba todavía alcanzó para mostrar el color rufo del subcaudal.
Esta fue la última foto que saqué de esta especie mientras cargábamos nuestras cosas en el auto antes de retornar a Posadas.