Hoy nos desmarcamos un poco la temática general del blog (el huerto), aunque... no del todo...
y es que hay algo que nos ronda la cabeza últimamente, algo que aparece en conversaciones bastante a menudo en los últimos tiempos... algunas impresiones que hoy queremos compartir con vosotr@s...
Hablamos de esto: "los días se quedan cortos", "algo estamos haciendo mal", "la vida no puede estar hecha para vivirla teniendo que parar a coger aire" (...)
Nos atrevemos a decir que esto se ha convertido en algo generalizado en nuestra sociedad: gastamos los días agobiad@s, estresad@s... y ansios@s, además, por ver qué pasará al día siguiente.
Empezamos la mayoría de nuestros días repasando mentalmente todas las "tareas" que tenemos por delante, nos levantamos a golpe de despertador y empezamos a hacer y a hacer (muchas veces 3 o 4 cosas a la vez). Si alguien nos pide un minuto se nos dispara de modo automático el "tengo prisa", y esto nos estresa pero... seguimos, tachando "obligaciones" de la lista...
Al final el día nos ha arrastrado, y se acaba sin haber liberado ni un segundo para reparar en lo significativo.
¿Es esto el desarrollo? ¿esta es la calidad de vida de la que nos hablaban?
Podemos pensar que este ritmo que hoy marca nuestras vidas ha nacido en parte de la Revolución Industrial o que forma parte del juego que nos hacen los poderes político-económicos para mantenernos, sin pausas, inmersos en las preocupaciones y los agobios sin poder abrir del todo los ojos para ver qué está pasando realmente. Quizá lleguemos a la conclusión de que la humanidad regida por la productividad-el consumo y por la máxima del éxito nos está llevando a navegar por un rumbo equivocado.
Podemos analizarlo de todas las maneras posibles pero... el final siempre va a ser el mismo: los que vivimos inmersos en la vorágine del tiempo somos nosotr@s, y nosotr@s, cada uno de nosotr@s, somos los que a fin de cuentas podemos de alguna manera dar la vuelta a la tortilla!
Si esto ronda tu cabeza creemos que inevitablemente también pensarás que deberíamos apropiarnos un poco más de nuestro tiempo, que podríamos sacudirnos las frustraciones de no poder satisfacer las expectativas que nos marcan jugando un poco a satisfacer las nuestras propias, llegando a avanzar en el desarrollo personal sin obsesionarnos por mantener un desarrollo global que no existe.
Lo conseguiremos volviendo a los ritmos naturales que vivieron nuestras generaciones anteriores en entornos no tan acelerados, disfrutando de los procesos con el único truco de no tener siempre en mente la alarma de los resultados.
Es en este punto de las divagaciones cuando nos acordamos de que existe algo llamado movimiento SLOW (traducido despacio), nos ponemos a investigar un poco sobre las ideas que lanzan y nos parece muy interesante! Además va de la mano de conceptos como SLOW Food (traducido comida lenta) o cittaslow (ciudades lentas)
Para terminar sólo queremos aclarar que la actitud slow según la concebimos dista mucho de la pasividad, la irresponsabilidad o la inconsciencia, acercándose sin embargo a lo pequeño y lo cercano, lo significativo, el equilibrio, la gestión responsable del tiempo, la lucidez,... y en definitiva a la calidad de vida..
Te animamos a probar si aún no lo haces: pasea, compra en el mercado, cocina con pausa, come con pausa, comparte tiempo con l@s demás, haz fotografías, cultiva un huerto, escucha música, haz música... haz lo que realmente quieras hacer al menos en varios momentos del día o la noche y... disfrútalo!
Adelante y despacio porque el camino es largo!!
SALUD!!
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