“Yo tenía un botón sin ojal, un gusano de seda,
un megáfono sindical y el empleo en puta almoneda,
una vietnamita en offset, soñando el sorpasso
un carné de los “cocos”, ginebra sin vaso,
una asamblea, un convenio , a píe hasta Sevilla
una independencia de la patronal, un gobierno de pacotilla,
luchar con amigos, correr de los grises, descansar un rato,
citas en “el Juan”, poner la demanda, pasear al gato.
mi “Manolo Rubia”, mi “Pedro Cortés”, obreros primero,
“Manolo Alcalá”, “Jiménez Costilla” y “Muñoz Otero”, mis tres Mosqueteros,
mi sindicalismo, mi lucha social, zapatillas rotas,
el Guadalquivir, el “Lope García”, bañarme sin ropa.
El Barrio Naranjo, clandestinidad, no cambiar de acera,
carnet del “partido”, Caballero Ernesto, todo de primera
no sabía que la democracia duraría un segundo,
yo quería escribir la canción más hermosa del mundo.
Les presento a Felipe González, socialista hortera,
a la CIA que lo apadrinó con mucha cartera,
a Alfonsito Guerra y su hermano Juan, un par de tunantes
demócratas-sociales, la “izquierda” ambulante,
al fascista de Aznar, un perro salchicha,
corruptos y bárcenas de nuestra desdicha,
Rajoy, el mariposón, al que eligen “alcalde” los conciudadanos
cuando a Luis dice “se fuerte, mi hermano”.
Me libré de los “caras al sol” de aquellos franquistas
de Fraga y Silva Muñoz que en realidad eran unos…
y nos la dieron con queso con la Constitución
donde “Europa” y la CIA metían su “mano en aquel cajón”.
Frente a frente con oportunistas arrié mi bandera,
y mandé mis carnets de ideas a la lista de espera,
aquella “democracia” me hizo moribundo,
y las libertades yacían en “su” pozo profundo.
Nunca pude votar del tirón
las listas cerradas de “aparatos” de antena
aquel sistemita daba mucha pena,
un quince de mayo desperté iracundo
y muy “indignado” rebase,
la gota del vaso de este perro mundo.”
Yo quería escribir la canción más hermosa del mundo.
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