Yo también conté calorías

Los cómics son una herramienta muy buen para destruir estereotipos, estigmas y tabúes. La elección de colores, la suavidad (o no) de los trazos, los detalles que no figuran en los primeros planos pero que cuentan una historia propia, permiten liberarse de muchos pesos. Elisabeth Karin Pavón obtuvo el premio para jóvenes artistas de la Fundación Nadine y publicó Comiendo con Miedo, en Astronave, en 2022, en el que trata su experiencia con el monstruo de los Trastornos de Conducta Alimentaria. Durante la lectura de este cómic, que recomiendo a todas las personas que en estos momentos estén sufriendo algo semejante, a sus familiares y amigos, me di cuenta de cómo estuve, durante mi adolescencia, en el filo de la navaja. Me paseé por la cuerda floja cuando conté calorías durante días, me deprimí por no llevar la misma talla que la chica más famosa de la clase o intenté adelgazar con el único fin de encajar, de que me quisieran en el grupo de niñas guapas, listas y delgadas y me escogieran entre las primeras para jugar al brilé. Por suerte no caí en un TCA y la cosa se quedó ahí, pero en Comiendo con Miedo te das cuenta, como lectora, cuánto influye la sociedad, los mensajes publicitarios y los comentarios de quienes alaban tus bajadas de peso, a la hora de que te caigas de la cuerda floja. Por eso, cómics como este son tan importantes, no sólo para que forme parte de las bibliotecas de las personas adolescentes, sino para que todos lo leamos y nos planteemos esas frases, esos comportamientos que tenemos incorporados a nuestra forma de actuar en sociedad, así como los impactos audiovisuales que recibimos cada día. Además, la autora ha incluido, al final del libro, una útil guía de asociaciones en toda España que pueden ayudar a las personas que sufren este trastorno a emprender el difícil pero necesario camino de enfrentarse a sus miedos.