España es una democracia joven y quizás por eso los políticos de nuestro país no tengan muy claro lo que significa ese término. Esta madrugada, con nocturnidad y alevosía, la Policía ha desalojado a los manifestantes de #acampadasol y no con amabilidad precisamente. Quizás la hora, para que no hubiera medios de comunicación, es una casualidad. O quizás no… Lo que está claro es que el PP y el PSOE si estuvieron de acuerdo en mandar a sus perros de presa hasta la Puerta del Sol para que desalojaran a un grupo de jóvenes que mantenía una resistencia pacífica contra un sistema injusto.
Pero al parecer aquí nadie se entera de nada. José Blanco pide el voto de los manifestantes ¿cómo?. Zapatero dice que dialogará con los que salieron a la calle en la #15Mani ¿mande?. Y Soraya Saenz de Santamaría que respetan las manifestaciones en democracia ¿si?. Es decir, que para ellos el diálogo se traduce en represión policial. Palos contra palabras. El problema es que ahora los canales de comunicación son libres y no pueden tener un absoluto control sobre ellos. Eso les duele como si les apuñalaran el alma.
Así que esta mañana Sol aparece vacío por culpa de una democracia que no acostumbra a que sus habitantes se manifiesten pacíficamente. Una democracia que te permite acampar varios días si esperas para un concierto de Lady Gaga o para comprar las entradas de un Madrid-Barça pero no para reclamar un sistema más justo. Una democracia que admira y aplaude las revoluciones pacíficas de los países africanos pero que reprime las que suceden en su territorio con violencia y con la connivencia de sus medios de comunicación que tachan a los jóvenes de pancarteros y antisistemas.
Y yo digo una cosa. Si ser un antisistema es luchar (violentamente sentado) por un mundo mejor, luchar por una vivienda digna y un trabajo que nos permita vivir. Si eso significa querer un país en democracia real alejado del bipartidismo que se encuentra al servicio de la banca y las grandes empresas. Si es luchar por los valores en los que dicen que nos han educado como ‘hijos de la democracia’ que somos. Si eso es ser un antisistema, sí, yo lo soy.