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Una de las grandes sorpresas del año 2017, que cuenta en tono de comedia negra, con mucha ironía y mala leche y un estilo narrativo dinámico y en cierto modo similar a los mejores títulos de Scorsesse, la historia de Tonya Harding, una patinadora que se hizo mundialmente famosa por ser la primera en realizar un triple salto axel en competición y porque un descerebrado dejó fuera de combate a una de sus máximas rivales. Cine que se ve en un suspiro, que entretiene, sorprende e impacta, con la white trash norteamericana como trasfondo y con dos interpretaciones sublimes (la de Margott Robbie, nominada como mejor actriz principal y la de una Allison janney que ganó el óscar como mejor actriz secundaria). La película también fue nominada por su montaje y para mi gusto debería haber entrado en las categorías más relevantes.