Siempre voy fijándome en absolutamente todo mientras ando por la calle. Con razón alguna vez me haya chocado con esos elementos de mobiliario urbano llamados farolas.
El caso es que por esta manía, aunque no sé si lo debería llamar así, a veces observo cosas que no me gustaría ver, como gente lanzando escupitajos al suelo, o utilizando otros instrumentos en vez de un pañuelo, para sonarse los mocos… Asquerosidades aparte, quiero decir que gracias a esta costumbre de observar todo a mi alrededor, a veces descubro cosas como estas.
Un cartel de cartón en el suelo en el que se lee lo siguiente: “Acepto cualquier trabajo”… Y, al continuar mirando desde el suelo hacia arriba, toparme con un hombre perfectamente aseado y vestido, en posición firme y con semblante serio y triste.
En ese momento, como mi cabeza nunca puede estarse quieta, y menos ante este tipo de cosas, comienza a dar vueltas pensando en la forma en la que podría acercarme a ese hombre y preguntarle por su situación. “Hola, ¿qué tal? Soy María, he visto el cartel…”. No. “Hola, he visto el cartel y…”. Tampoco. A todo esto, mi cuerpo ha empezado a caminar hacia el hombre, sin que mi cabeza se haya percatado de ello, por lo que, en el momento que me doy cuenta ya estoy frente aquel hombre y las palabras salen solas.
No me acuerdo ni de lo que le dije. Pero los ojos se me llenaron de lágrimas y eso no era lo que tenía que pasar, no era el momento para que eso ocurriera. Sabía que era lo que quería decirle, pero no cómo… (Qué bien me habría venido un ‘Cómo hablar con un desconocido para explicarle algo que le puede ayudar’, algo así sería el título jaja). Cuando mi cabeza ha reaccionado le estaba explicando una labor maravillosa que llevan a cabo mis padres para ayudar a personas desempleadas a encontrar un nuevo trabajo.
Esta idea surgió a raíz de otro grupo del mismo estilo que ayudó mucho a mi madre. Las reuniones consisten en proporcionarles las herramientas para que ellos mismos puedan construir el camino hacia una búsqueda de empleo óptima. En muchos de los casos es una situación complicada, ya que se presentan unos handicap con los que tenemos que ser capaces de lidiar. La edad, la necesidad inmediata de conseguir un trabajo, la situación económica y personal de cada uno, etc. pero todo eso es lo que nosotros en estos talleres de Búsqueda Activa de empleo, les ayudamos a solventar, explicándoles la mejor manera de actuar frente a ellos, y enseñándoles cómo podemos utilizarlos a nuestro favor.
Si conoces a alguien que pueda necesitar ese empujoncito para salir del bache o crees que a ti puede serte útil, no dudes en ponerte en contacto conmigo, para informarte de fechas y horarios de las reuniones :)