Este libro tiene una valoración bastante alta para los lectores en la mayor red de libros en el mundo, Goodreads con una valoración de 4,5 sobre 5. Podéis ver la valoración y los comentarios en el enlace:
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"Tengo que deciros que me ha encantado leer a este autor"."Sus relatos me han recordado a los de Gogol, especialmente a “Las veladas de Dikanka”, por el elemento mágico que contienen".Reseña completa: http://mislecturasydemasescritos.blogspot.com.es/2013/09/yom-kipur-el-sueno-de-makar.html
Con una equilibrada combinación de sentimentalidad y fuerza documental, de humor y melancolía, Korolenko renuncia al patetismo y recurre a la comicidad para construir desenlaces esperanzados, unidos por el perdón. Una rara mezcla de desolación y esperanza recorre los cuentos y las novelas de Korolenko, centradas en los paisajes y las gentes de Siberia en los últimos años de la Rusia zarista".
"Por narraciones como estas dos que ha traducido Nicolás Tasin, Gorki vio en Korolenko la imagen ideal del escritor ruso".
Santos Domínguez
Sinopsis.-
Yom Kipur y El sueño de Makar son dos de los relatos más conocidos de Korolenko. Son divertidos, porque Korolenko así lo decide, pero también son tristes, y sus personajes, Iankel y Makar, nos conmueven, los compadecemos, pero no son penosos, sino solo seres humanos que intentan salvar su “pellejo” en un medio hostil.Korolenko exhibe un característico estilo narrativo ingenuo, realista, natural, con un humor inteligente y nada irónico. El dominio y la libertad plástica con los que maneja a sus campesinos rusos, la descripción y la trama, le convierten en un maestro del relato y del cuento, lo que le ha llevado a consagrarse como uno de los mejores escritores eslavos.Ambos relatos retratan la vida del campesinado ruso del último tercio del siglo XIX, y Vladímir es un narrador comprensivo, observador, humanista y paciente, que deja aflorar en sus personajes caracteres extremos, duros, desafinados, que viven en condiciones climatológicas y políticas adversas, y que acaban renunciando, primero a su dignidad, después a una convivencia pacífica con los demás hombres, y por último resignándose a un fatal destino, pero que sorprendentemente, y para el descanso de sus personajes, nunca llega. Y es que Korolenko no es trágico, sino cómico, y por eso sus personajes no son miserables, sino muy humanos, con muchos defectos y taras, pero a la hora de juzgarlos, en el día de Yom Kipur o a las puertas del cielo, todos sus pecados se vuelven triviales y vuelven a gozar de una feliz libertad, robada entonces y por fin devuelta ahora.Mi opinión personal.-
Tengo que deciros que me ha encantado leer a este autor.
Sus relatos me han recordado a los de Gogol, especialmente a “Las veladas de Dikanka”, por el elemento mágico que contienen.Tienen ese toque fantástico de lo sobrenatural, pero al mismo tiempo son muy reales.Son crudos, porque relatan la dura vida del hombre, especialmente la del pobre campesino ruso.
Estos relatos nos hablan de su triste vida, llena de trabajo y penurias, esperando contentar sus penas bebiendo vodka.Este libro se compone de dos relatos.
En el relato "YOM KIPUR", nos enteraremos de lo que presenció un molinero, en el día de “Yom Kipur”. Y lo que le sucedió después."Yom Kipur", es una gran fiesta judía, en la cual todos los judíos gritan y lloran por lo que está a punto de suceder, y que consiste en la aparición del diablo judío “Japun”, que se lleva volando a uno de ellos.
Os pongo a continuación un párrafo de la narración:Japun es un diablo judío. Se parece en todo al diablo cristiano; como él, es negro, tiene cuernos y alas; pero sus cabellos caen en largos bucles sobre las orejas, según costumbre de los judíos religiosos, y se toca con el mismo gorrito negro con que se cubren los judíos cuando rezan. Evita encontrarse con los cristianos; en cuanto ve a un cristiano cualquiera, aunque sea a medianoche, escapa como un perro miedoso.
Pero ejerce su poder sobre los judíos; todos los años se tiene que llevar al judío que eliga.
El día designado para esta elección es precisamente el de Yom Kipur. Mucho antes de que comience el día, los judíos rezan, lloran, desgarran sus vestiduras y hasta se ponen ceniza en la cabeza. Antes de que caiga la noche, se bañan todos en el río o en el estanque, y en cuanto se pone el sol, se dirigen a la Sinagoga. Hasta muy entrada la noche se están oyendo allí sus gritos de dolor; gritan todos a la vez, cerrando los ojos de espanto.
El diablo aparecerá, desde luego, y se llevará al judío Iankel, el tabernero. Pero el molinero, que es el protagonista del relato, se verá involucrado en la historia.
El otro relato “EL SUEÑO DE MAKAR”, trata de un pobre campesino que vive en Siberia, y cuando está borracho sueña con irse a la montaña. Como leemos en el texto:
Cuando estaba tan borracho, lloraba diciendo: “¡Qué miserable vida la mía!” A veces soñaba también con irse a la montaña. Allí no labraría la tierra helada, no derribaría los árboles, no molería el grano entre dos piedras, y sería feliz.
¿Qué montaña era aquella misteriosa? ¿Dónde se hallaba?
Makar sale a comprar vodka y se pierde en la nieve. Y algo le sucede… no quiero revelar que es lo que le ocurre, porque la historia es mágica y divertida.
Ambos relatos me han gustado mucho. El autor utiliza la fantasía, se rodea de leyendas, pero se basa en realidades humanas. Sin embargo, no sentimos tristeza al leerlos, porque tienen ese toque de humor que me ha encantado.Y sobre todo rezuman sabiduría. Con el muestrario de los caracteres de los protagonistas de los relatos, asistimos a sus virtudes y defectos. Y en mi opinión, se puede sacar de ellos lecciones de moralidad.Son excelentes.
EL AUTOR.-
Vladimir Korolenko
(Jitomir, 1853 - Poltava, 1921) Importante cuentista ruso cuya obra, a caballo entre dos siglos, denota un profundo humanismo. Su padre era juez y pertenecía a una familia cosaca; la madre procedía de un linaje noble de Polonia. El muchacho fue creciendo en pequeñas ciudades de población mezclada (polaca, ruso-ucraniana y judía), en lugares de agitada tradición histórica y en un ambiente de recuerdos literarios románticos; todo ello le preparó para la atmósfera propia de Rusia, donde, entre 1860 y 1880, se daban intensamente las tendencias sociales de matiz altruista. En 1871 fue a estudiar al Instituto de Tecnología de San Petersburgo; luego pasó a Moscú, de cuya Escuela de Agricultura viose expulsado con motivo de su ingreso en una asociación política de carácter secreto. Por aquel entonces inició la publicación de sus primeras narraciones, o, más bien, esbozos, que permiten ya vislumbrar la formación del ardiente "populista" de los años siguientes.