


Un voluntario que antes no estaba me dijo que al cajón no se podía acceder por delante, como había hecho antes, sino que tenía que ir atrás del todo e ir avanzando.No iba a discutir con él, así que me fui decidido a ir al comienzo de los cajones e ir avanzando, pero la valla del segundo cajón estaba abierta, así que pregunté al voluntario si podía pasar y me dijo que si.De hecho el voluntario de dentro de ese cajón me dijo que tenía dorsal "de élite" y levantó la cinta para que pasase al primero, donde acabé al final en menos de un minuto. Ya habíamos algunos corredores en él, entre ellos Alex Vidal, que venía de hacer un medio Ironman hacía dos semanas pero tenía un buen planteamiento y a priori saldría con él.Poco después entró Aziz Boutoil, para mí el favorito de la prueba, ya que aunque debutaba en maratón lo llevo siguiendo desde que coincidimos en los 10 kilómetros de Mijas en mayo y sabía que estaba sobradamente preparado.Él no estaba seguro del todo por unas pequeñas molestias pero si le respetaban, sabía que ganaría.Me alegró mucho ver a Cristian, del Green Power, con quien no coincidía desde mi último Spartathlon y correría también el maratón.
Los minutos fueron pasando uno detrás de otro y cuando nos dimos cuenta, estábamos en la cuenta atrás de la salida...


Yo me encontraba cómodo, rondando 160 pulsaciones tras la estela de Alex, ya que íbamos tirando a tramos.Recogimos a algunos corredores más y poco después Alex me dijo que iba a bajar a 3:45 minutos el kilómetro e intentar mantenerse ahí.No me planteaba si quiera ese ritmo así que me fui descolgando poco a poco.Por detrás no escuchaba pasos cercanos y al grupito que llevaba delante iba a tardar en alcanzarlo, así que me concentré en la zancada, la respiración y en intentar fluir sobre el asfalto, disfrutando del paisaje.Tenía controlados los avituallamientos para ayudarme de ellos en la ingesta de geles, que ingeriría cada 8 kilómetros si todo iba según lo previsto, así que a unos doscientos metros antes de llegar al octavo kilómetro fui abriendo el envoltorio.El buchecito de agua para terminar de bajar el gel me vino muy bien, así como las papeleras para lanzar el envoltorio del mismo y el botellín, una vez me hube refrescado con él.Algunos grados menos hubiesen venido geniales para correr pero la sensación térmica no era tampoco de calor excesivo.Ya iba llegando a la zona de meta, metido en medio del grupo que me había costando varios kilómetros alcanzar y ya rodando algunos segundos por kilómetro más lento, guardando fuerzas para la segunda vuelta.Por megafonía anunciaron el paso de la cabeza y después el de la primera mujer, en la que no había reparado en el cruce de Portopí y poco después pasamos nosotros.Confundí a mi hermana con una mujer extranjera que llevaba las manoplas que había ido repartiendo la organización para animar, pero sabía que no tardaría en aparecer y avanzaba muy animado.Al paso por el kilómetro 10 y aunque yo aún no era consciente, pasé en decimocuarta posición.Me volví a encontrar con la cabeza de carrera frente a la placeta Nuredduna, animé a Aziz y a Alex, que le seguía más o menos a la distancia que él me sacaba a mí y di la vuelta tras ellos y los corredores de cabeza en la rotondita del Carrer de Joan Maragall.Fui observando a los corredores que venían tras de mí en el giro y a priori no había ninguno que destacase por ir adelantando, pero entrábamos en la zona dura del circuito y quedaba toda una vuelta por delante, así que no habría que confiarse.Ya había dejado atrás al grupo y por delante los corredores avanzaban separados y en solitario, así que iba a ser complicado encontrar compañero de fatigas.Fuimos ascendiendo por la Avenida de Gabriel Alomar i Vilanova y comenzaba el mambo...
A buena cuesta de casi un kilómetro y tras un avituallamiento que me vino bien para refrescarme, le siguió una buena bajada y empezó un tramo de toboganes que nos conducía por encima del Parc de la Mar hacia la catedral.


Pasé de nuevo por la zona de salida, ya por penúltima vez (la última sería para cruzar el arco de meta) y me di cuenta de que llevaba ya treinta kilómetros.Llevaba desde junio sin hacer tantos kilómetros de corrido, ya que el verano lo he pasado en modo mantenimiento y este maratón en concreto lo había "preparado" en un mes, con un promedio de 85 km semanales.La tirada más larga había sido de 26 kilómetros, la semana anterior precisamente, pero como la idea no era competirlo, sino disfrutarlo, lo afrontaba con mucha tranquilidad y estaba saliendo mejor de lo esperado.
En ese momento ocupaba la septima posición y avanzaba con energía mientras caían los kilómetros.
El callejeo por el centro de Palma se me había hecho más largo, pero ambos tramos de avenida se me habían pasado casi sin darme cuenta.En dos kilómetros debía tomarme el último gel pero no me apetecía comer y de hecho se me había repetido un poco el último, así que decidí sustituirlo por una cápsula de sales y si no desfallecía, seguir hasta meta con lo que llevaba en el depósito.Me crucé con Alex mientras él subía hacia la avenida y poco después con la primera mujer y otro par de corredores destacados.Dejé atrás al corredor al que llevaba siguiendo desde Portopí y a uno que me pasó a gran velocidad en el avituallamiento de la Placeta Varadero y se detuvo antes de llegar al parque dels ceibos. Ya sin referencias por delante giré en la rotondita y en nada estaba de nuevo ascendiendo por la cuesta hacia el avituallamiento donde me tomé la pastilla de sales con algo de esfuerzo, ya que se me atragantó.Tanto el público como los corredores a los que iba rebasando animaban de forma casi constante y me fueron llevando en volandas hasta la Catedral, donde de nuevo me esperaba mi hermana.

El reloj, que había permanecido en la muñeca ignorado durante kilómetros, volvía a cobrar protagonismo y me vio pasar de 4 minutos el kilómetro a 3:41 en el kilómetro...Adelanté al corredor con el que había compartido el tramo del casco antiguo y en la subida previa a la baja por La Rambla identifiqué a uno de los corredores que iba con la primera corredora femenida; me sacaba una buena ventaja, pero me encontraba fuerte y decidí lanzarme a por él.Aprovechando la pendiente a favor de la bajada por el Born hacia el paseo marítimo desaté todo lo que tenía dentro, recorriendo el kilómetro 42 por debajo de 3:30 el kilómetro y adelantando al corredor que me había fijado como objetivo al inicio de la recta de meta.Seguí apretando y apretando y entré marcando el último parcial, de 560 metros, en un ritmo medio de 3:21 y con la sensación de que si en vez de 42, hubiesen sido 50 kilómetros, seguía con gasolina en el tanque para continuar (no a ese ritmo, claro está).Mi tiempo en meta fue de 2:47:44, con un recorrido que esperaba duro y lo fue hasta más de lo que pensaba, pero que pienso que gestioné muy bien, por lo que acabé pletórico.Marina me esperaba en la meta y me felicitó por el tiempo mientras avanzaba hasta la zona de entrega de medallas.Ella no podía acceder, así que quedé con ella en los WC portátiles de la zona de guardarropas y estuve charlando con José David, del Marathon Mallorca, al que adelanté in extremis en los últimos metros.Recogimos juntos la bolsa del corredor y tras una breve charla nos despedimos, mientras avanzaba entre la multitud sorprendido por la aparente ausencia de dolor y rigidez en las piernas habitual cuando corres un maratón.
Me encontré con mi hermana de nuevo y tras darnos un abrazo yo me cambié de ropa y ella se fue al baño y cuando estuvimos listos fui respondiendo a las decenas de mensajes de amigos y compañeros deseándome suerte y pidiéndome noticias.El calor ahora si que era importante, para mí fue un acierto salir a las 8 de la mañana, ya que fuimos hacia la zona de meta bajo un sol de justicia que picaba en la piel mientras aun quedaban centeranes de corredores devorando kilómetros por el asfalto.Aprovechando la sombra de un globo de la organización nos tumbamos en el césped, esperando a ver si decían por megafonía los nombres de los corredores premiados del maratón, igual que con los 10k y la media, que habían repetido ya un par de veces.Mi hermana estaba convencida de que había sido quinto masculino aunque yo no lo tenía claro.Tenía el estómago cerrado pero me apetecía beber y sobre todo, ducharme, ya que aún a la sombra seguía sudando, así que decidí acercarme a preguntar a un miembro de la organización por si tenían clasificaciones provisionales.Ni la web ni la app de Sportmaniacs parecían cargar pero un voluntario consiguió acceder desde Sportmaniacs baleares y aparecía en séptima posición.Estuve a punto de quedarme igualmente para la entrega, por si acaso, pero la última vez, hacía dos semanas, en la media maratón de Marbella, esperé también y al final me quedé a un puesto del podio, así que decidí poner rumbo al piso.45 minutos de caminata bajo un sol de justicia y cuesta arriba y con la mochila a cuestas no eran una perspectiva muy agradable, así que pensé que cuanto antes empezase, mejor.Un buen rato más tarde, ya duchado en el piso, cargó por fin la web con las clasificaciones y vi que era sexto absoluto... y quinto masculino, como dijo mi hermana.
La entrega de premios se celebraba a las 12:00 así que ya llegaba tarde pero aun así bajamos de nuevo a la zona de la salida.Tras dar varias vueltas y preguntar en seguridad, informática y sonido encontré a los de cronometraje pero me dijeron que tenía que escribir a la organización y que ya me responderían.Imaginaba que se perdería el correo y ahí acabaría la cosa pero esta mañana me ha respondido Arancha, de la organización, así que mandaré a mi hermana a recoger el trofeo cuando pueda.Me da mucha pena haberme perdido la foto del podio con Aziz y Alex entre otros, pero no hay mal que por bien no venga, es una motivación para entrenar duro el año que viene y repetir o mejorar la gesta.Creo que ha sido el maratón que más he disfrutado hasta la fecha, quizás por el planteamiento o la ausencia de presión.Es verdad que no es un maratón atractivo para los atletas de élite por su dureza, pero me ha gustado su carácter y no descarto repetir el año que viene, quien sabe si para disputarlo a la vez que disfrutarlo ;)